A medida que las
sociedades van desarrollándose, algunas personas e instituciones gastan en un
período dado más que la renta que ingresan, recurriendo al crédito. Es el caso
de las familias para comprar una vivienda
y las empresas para adquirir equipamientos. Son los que denominamos
inversores.
Hay otros que, en el
mismo período, gastan menos que la renta que perciben. Son los ahorradores. Los
defectos y excesos de recursos que se producen entre ambos grupos en un período
se intercambian a través de los instrumentos financieros.
Los instrumentos
incorporan un reconocimiento de deuda y constituyen activos financieros para el
poseedor del título, que tiene derecho a recibir los fondos en las condiciones
estipuladas. Al mismo tiempo, para el emisor de la deuda, el título es un
pasivo financiero, puesto que debe realizar los pagos previstos.
Así, un crédito
hipotecario es un activo financiero para el banco y un pasivo para la familia
que lo ha contratado. Un título de deuda pública es un activo financiero para
el comprador y un pasivo para el Estado que lo ha emitido.
Este es el ámbito
financiero de la economía, que enlaza las cuentas de la economía real con la
cuenta financiera. Al conjunto de activos, mercados e instituciones que lo
conforman se denomina sistema financiero, que es el encargado de canalizar el
ahorro hacia los inversores.
La cuenta financiera es
un componente del sistema de cuentas que permite analizar la financiación neta
obtenida u otorgada como diferencia entre la compra de activos financieros y la
suscripción de pasivos financieros por cada sector (Hogares, Empresas,
Administraciones Públicas, Instituciones Financieras y Resto del Mundo).
El saldo de cada sector
viene a señalar, cuando es positivo, el excedente de ahorro, que se ha prestado,
o los fondos recibidos, si es negativo. Se trata de la contrapartida financiera
de la capacidad o necesidad de financiación que surge en la economía real.
En cada sector
institucional de los arriba citados se cumple que la inversión más la variación
de activos financieros se iguala con el ahorro más el cambio en los pasivos
financieros. Es decir, Recursos = Empleos.
Por ejemplo, si el
sector de instituciones o empresas financieras invierte 1.000 y además adquiere
participación en empresas no financieras por 200, puede haberse financiado con
ahorro del propio sector de 700 y, como no es suficiente para completar los 1.200
de dedicación total (1.000+200), se ha
endeudado por 500.
Los activos de la
economía real (ahorro e inversión), se complementan con los del ámbito de la
economía financiera (activos y pasivos financieros).
A través de las Cuentas
Nacionales que publica el Instituto Nacional de Estadística podemos conocer la
capacidad o necesidad de financiación de los sectores institucionales de la
economía española.
El sector Instituciones
Financieras es el dedicado a la intermediación entre los inversores y los
ahorradores. Tiene habitualmente capacidad de financiación. Al contrario, las
sociedades no financieras constituyen un sector deficitario, que se financia a
través de préstamos y emisión de acciones.
Las Administraciones
Públicas presentan habitualmente déficit y, por tanto, tienen necesidad de
financiación, que la cubren emitiendo deuda pública. Las familias disponen
habitualmente de capacidad de financiación, pero en la adquisición de viviendas
suelen precisar de préstamos de las entidades financieras.
Tal como se observa en
el gráfico, como resultado de la actuación de todos los sectores
institucionales, la economía española
presentó una capacidad de financiación frente al resto del mundo de 7.051
millones de euros en el segundo trimestre de 2013, cuando en el mismo período
del año anterior tenía una necesidad de financiación de 2.677 millones de
euros. Representa una notable mejora, que ayudará a ir afrontando la reducción
de la importante deuda externa del país.