martes, 15 de octubre de 2013

LA FINANCIACIÓN DE LAS INVERSIONES


Aunque la movilidad internacional de capitales ayuda temporalmente a cubrir las necesidades de financiación de los países, la formación bruta de capital se encuentra a largo plazo vinculada a la capacidad de ahorro propio.

En los últimos decenios, el porcentaje de ahorro bruto español respecto del PIB ha tenido oscilaciones cíclicas. En la década que va de 1997 a 2007, creció ininterrumpidamente, y ha descendido en los últimos cinco años, período de la crisis financiera.

El ahorro interior tiene tres procedencias: las familias, las empresas y las Administraciones Públicas. Los dos primeros conforman el ahorro privado y el tercero es el ahorro público.

En el ahorro familiar influyen las expectativas de renta, la riqueza neta y el tipo de interés real. Las empresas ahorran en función de la demanda esperada, los costes de financiación y de otros factores productivos. En cuanto al sector público, su ahorro viene condicionado por la fase del ciclo económico en que se encuentra el país.

La diferencia entre la formación bruta de capital y el ahorro nacional determina la necesidad o la capacidad de financiación de la economía.

Vemos en el gráfico que, a partir de 1999 España tuvo necesidad de financiación (barras azules), es decir, que la inversión superó al ahorro interior de modo creciente,  hasta que la diferencia se hizo máxima en 2007 (9,6% del PIB), último año de la burbuja inmobiliaria. Son años en los que hubo necesidad de dinero extranjero, que ha dado lugar a la enorme deuda exterior del país en estos momentos.

El gráfico que recogemos  de la Fundación de Estudios Financieros incorpora también el tipo de interés real de los últimos 25 años (línea roja), medido en la parte derecha.  Vemos que en los años de abundancia de crédito (2004-2008) el tipo de interés real (descontada la inflación) no superó el 1%.

A partir del comienzo de la crisis, la necesidad de financiación extranjera ha ido descendiendo y a mediados del 2013 la cuenta corriente de la Balanza de Pagos indica que se están cubriendo las necesidades financieras con el ahorro interior, tras la continua caída de la inversión en los últimos cinco años.

La liberalización de los movimientos de capital, los bajos tipos de interés real y la internacionalización de las empresas vinieron a facilitar el acceso de España al ahorro del resto del mundo, pero la crisis ha desmontado el modelo de crecimiento económico desequilibrado que esos recursos ayudaron a fraguar en los años de bonanza.

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