En la actualización de las previsiones para el final de 2013,
la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS) ha estimado el déficit de las
Administraciones Públicas de España en el -6,8% del PIB (sin incluir la ayuda a
la banca), superando la cifra comprometida con las autoridades europeas en
0,3%.
El saldo presupuestario (SP) es la diferencia entre los
ingresos públicos (T), que son los impuestos y las cotizaciones sociales, y los
gastos públicos totales, formados por las compras de bienes y servicios (G) y
las trasferencias (TR), con pensiones y ayuda al desempleo como partidas más
importantes.
En un planteamiento simplificado, partiendo de que existe únicamente
una tasa proporcional (t) sobre la renta, los ingresos serán T = tY. Por lo
tanto,
SP = tY – G - TR
Una vez fijados t, G y TR, el saldo presupuestario es función
del nivel de renta (Y). Con niveles bajos de renta, el saldo presupuestario
será deficitario, puesto que los gastos y las transferencias del Estado
superarán a la recaudación. En cambio, en niveles de renta alta el presupuesto
tendrá superávit.
Como observamos en el gráfico, el déficit presupuestario no
depende sólo de la política gubernamental, sino de todo lo que afecte al nivel
de renta. Así, en las crisis suele ser muy importante el nivel de inversión
privada, que puede impulsar la producción del país y aumentar los ingresos
fiscales, haciendo mejorar el saldo presupuestario.
Desde el comienzo de la crisis actual, los efectos sobre los
saldos presupuestarios anuales del Estado han sido devastadores. El déficit
público alcanzó un máximo en 2009, con el 11,1% del PIB, y fue reduciéndose en
los años siguientes.
En el siguiente gráfico observamos la evolución del déficit
público español y del conjunto de la Eurozona, en porcentaje sobre el PIB, en la última década:
Comprobamos la dispar evolución de los déficits español y
europeo. En el año 2012, mientras la Eurozona redujo el déficit del -4,2% al
-3,7%, España aumentó del -9,4% al 10,6%, (incluyendo la ayuda a la banca).
El país sigue sometido al “procedimiento de déficit excesivo”
y ha de seguir las recomendaciones de la Comisión Europea que, en caso de
incumplirlas, le pueden llevar a un expediente sancionador.
Haría falta cierto nivel de inflación y el crecimiento del PIB para incrementar la recaudación tributaria e ir reduciendo el déficit en los próximos años, además de rebajar el coste de los intereses de la deuda pública.
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