martes, 29 de junio de 2021

VULNERABILIDAD FINANCIERA


La deuda externa de un pais está formada por el conjunto de obligaciones con acreedores (bancos y organismos internacionales) que residen en el extranjero. Se compone de deuda pública, que es la contraída por el Estado y sus instituciones, y deuda privada, el endeudamiento de las empresas y las familias.

Para que se considere deuda externa debe haber sido contraída por un residente frente a un no residente. La residencia viene determinada por la ubicación del centro de interés económico del deudor y del acreedor, y no por su nacionalidad.

Los países suelen endeudarse para disponer de fondos para inversiones en infraestructuras o equipamientos productivos y, en ocasiones, necesitan también recursos para afrontar dificultados coyunturales.

Si el endeudamiento se utiliza para inversión, el recurso ajeno puede tener un efecto positivo para el país receptor. Cuando la deuda no se usa productivamente, se tendrá que pagarla sin que se hayan generado nuevos ingresos.

Hay que diferenciar entre deuda externa en moneda nacional y deuda externa en moneda extranjera. Conocer la composición por moneda es importante para evaluar la vulnerabilidad de un país frente al riesgo de solvencia y de liquidez.

Una depreciación del tipo de cambio puede incrementar la carga de la deuda en moneda extranjera, medida en moneda nacional, para el deudor residente. Asimismo, los pagos en moneda extranjera suelen presionar a la baja el tipo de cambio interno y propician la salida de divisas del país.

Un análisis de la Comisión Europea concluye que en España se han agravado las debilidades que ya existían antes de la pandemia. El país arrastra un elevado endeudamiento interno y externo, tanto público como privado, que puede dar lugar a cambios en la confianza de los mercados financieros.


Se puede observar en el gráfico el importante crecimiento de la deuda externa bruta a lo largo del pasado año, que alcanza 2,23 billones de euros al final, prácticamente el 200% del PIB

Las políticas expansivas para afrontar la crisis se han financiado en España con deuda que, al carecer de recursos internos, ha sido con crédito exterior, en buena parte del Banco Central Europeo (BCE).

Aunque la deuda externa bruta está en máximos históricos, la deuda externa neta (posición de inversión internacional neta), que descuenta a la bruta las inversiones españolas en el exterior, evoluciona más favorablemente, situándose en el entorno del -79% del PIB.

Se espera que la balanza de pagos por cuenta corriente repunte en 2022, pero una reducción significativa de la deuda exigiría que se mantuvieran superávits en un período de tiempo sostenido. No cabe duda de que la enorme deuda externa bruta supone una vulnerabilidad para el país.

martes, 22 de junio de 2021

DINERO Y PRECIOS


Las sociedades se han sustentado siempre a través del intercambio de bienes, ya sea mediante el mercado o alguna otra forma. Han necesitado disponer de medios para hacer efectivo y controlable el tipo de equivalencia entre los bienes.

A partir de la normalización del uso de la moneda, con su capacidad de conservar valor, se abrió la posibilidad de la especulación en los intercambios, que se volvió cada vez más sofisticada en la medida en que fueron adoptando formas más portátiles, hasta llegar a la virtualidad y la digitalidad.

La relación entre el dinero y los precios viene establecida por la Teoria Cuantitativa, según la cual, a largo plazo, existe una relación proporcional entre la cantidad de dinero y el nivel de precios.

En términos matemáticos, la teoria se resume en la formulación siguiente: M * V = P * Y. La cantidad de dinero (M), multiplicada por la velocidad de circulación del dinero (V) (número de veces que es utilizado el dinero en un período determinado) es igual al valor de todos los bienes y servicios producidos en un periodo de tiempo, que resulta de multiplicar los bienes producido (Y) por su precio (P)

Como a largo plazo, la velocidad de circulación del dinero (V) y la cantidad de bienes producidos (Y) vienen determinados por factores tales como tecnología, población y otros, que no dependen de la cantidad de dinero (M), un aumento de M se traduciría en un incremento proporcional del nivel de precios (P). Ocurriría lo contrario en el caso de una disminución.

En el corto plazo, la relación entre cantidad de dinero y nivel de precios es más compleja. El público demanda dinero no sólo para realizar gasto (motivo transacción), sino que solicita dinero también como depósito de valor (motivos precaución y especulación).

A través de la política monetaria, las autoridades controlan los tipos de interés, que influyen sobre la demanda agregada, el dinero en circulación y el crédito, con lo que inciden en la evolución de los precios.

La ejecución de la política monetaria se ve reflejada en los balances de los bancos centrales (BCE, Reserva Federal norteamericana y otros). La representación esquemática de un balance de banco central sería la siguiente:


En el activo se sitúan los bienes y derechos que tiene el banco central frente al sistema crediticio (bancos comerciales), al sector público y al sector exterior. En el pasivo está anotado el importe del dinero que pone en circulación y los activos que mantienen los bancos comerciales en el banco central en forma de depósitos.

En el debate en torno a la relación entre dinero y precios, frente a la posición clásica de la teoría cuantitativa del dinero se encuentra la desarrollada por J.M.Keynes, según la cual los precios son determinados por la demanda efectiva en lugar de fijarse por la cantidad de dinero. A diferencia de los clásicos, para el economista inglés Keynes el dinero puede ejercer efectos sobre las variables macroeconómicas a través del tipo de interés, y sólo es neutral cuando se alcanzan posiciones cercanas al pleno empleo.

martes, 15 de junio de 2021

INFLUENCIA DE LA FINANCIARIZACIÓN


El término financiarización alude el creciente papel de los agentes, mercados e instituciones financieras en el funcionamiento de las economías. Los intermediarios financieros y las tecnologías han conseguido incrementar notablemente su influencia en la sociedad.

Tras la caida del sistema monetario de Bretton Woods, a principios de 1970, con el incremento de la liberalización y la desregulación financieras, al dinero le es mucho más fácil atravesar las fronteras.

A fin de garantizar que los clientes, depositantes de dinero, puedan retirar siempre su efectivo, el banco debe asegurar un flujo de ingresos. Puede conseguirlo de tres modos: con los depósitos de los clientes, pidiendo un préstamo al banco central o recibiendo préstamos de otras entidades en los mercados financieros.

En las últimas décadas, el recurso a los mercados financieros se ha incrementado notablemente. Esta modalidad de financiación, denominada “banca basada en el mercado” ha cambiado al sector financiero. Los bancos ahora prestan primero, con lo que expanden los activos de los balances, y acuden después a los mercados financieros para conseguir la liquidez necesaria, aumentando así sus pasivos.

Otro cambio importante ha sido el aumento de la titulización, que supone transformar cualquier flujo de ingresos futuros en un valor financiero vendible de inmediato. Puede aplicarse a diversos tipos de operaciones que representen un ingreso futuro: hipotecas, peajes…Por ejemplo, en lugar de esperar que transcurran los 20 años de un préstamo hipotecario, el banco puede vender en bonos los derechos de reembolso, con el descuento correspondiente, y recuperar el dinero de inmediato. El banco consigue así la liquidez que le permite un mayor endeudamiento para otras operaciones, que incrementarán sus beneficios.

Un actor importante en la financiarización es la banca de inversión, que actúa de intermediaria del mercado, ofreciendo servicios financieros a las grandes compañías. Trabajan con las empresas inversoras colocando en el mercado los títulos que emiten. En este sector bancario destacan firmas como Goldman Sachs y Credit Suisse. Por su parte, la banca comercial o banca minorista continúa dedicándose a captar depósitos y conceder préstamos a consumidores y empresas,

A partir de la década de 1980 muchos Gobiernos fueron eliminando las barreras a la libre circulación de capitales dentro y fuera del país, permitiendo la convertibilidad plena de los tipos de cambio.


Como vemos en la imagen, el comercio de divisas representa 90 veces más que el comercio de bienes y servicios y se ha convertido en el mayor mercado del mundo.

Los intereses especulativos a corto plazo dirigen los movimientos del capital global y los tipos de cambio, ya que los flujos que entran y salen de un país pueden modificar los valores de las divisas. Esto suele crear situaciones de inestabilidad, ya que los inversores mueven su dinero de un lugar a otro, en busca de mejores rendimientos

La financiarización ha dado un giro a la forma en que se acumula la riqueza. Mientras que los beneficios procedían en el pasado principalmente de la producción y la venta en masa de bienes, en nuestra era financiarizada, una parte significativa de los beneficios provienen de la compraventa de valores financieros y de los pagos de intereses que acumulan.

Si las empresas pueden ganar más con el comercio de activos financieros que con la fabricación y venta de productos, es probable que decaigan las inversiones en nuevas tecnologías, con un impacto negativo en la inversión productiva real.

martes, 8 de junio de 2021

LA CANTIDAD DE DINERO


En los sistemas monetarios actuales, la emisión de dinero de curso legal es un monopolio del banco central, en nuestro caso del Eurosistema, que establece cuánto dinero se crea en la zona del euro.

El Eurosistema agrupa al Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales de los 19 Estados de la Unión Europea cuya moneda es el euro.

Hay que distinguir entre el dinero legal y el bancario. El primero es el emitido en forma de billetes de banco y de monedas por las autoridades monetarias. Se le denomina “base monetaria”, porque al no existir el acceso final al oro o plata, los billetes constituyen la última reserva de liquidez.

El segundo, el dinero bancario, está formado por los medios de pago creados por los bancos comerciales. Son depósitos bancarios que se utilizan en las transacciones, y representan la mayor parte de los medios de pago.

Las tarjetas, los cheques y las transferencias bancarias movilizan mediante anotaciones electrónicas el dinero entre las cuentas bancarias. Cada vez se hacen más pagos sin necesidad de utilizar dinero físico.

La base monetaria puede estar circulando en la economía (Efectivo en Manos del Público), o bien, depositado en los bancos centrales como reserva.

El dinero en circulación u oferta monetaria de una economía se relaciona con la base monetaria, de tal modo que:

       Cantidad u oferta monetaria = Base monetaria x Multiplicador

Esta fórmula permite conocer el proceso mediante el cual aumenta o disminuye la oferta monetaria, a través de los cambios en el multiplicador y en la base monetaria.

Cuanto menor sea tanto el nivel de efectivo que retiene en su poder el público como la proporción de reservas de los bancos, mayor será el multiplicador, con lo que influirá más en el crecimiento de la oferta monetaria.

El Eurosistema ha definido tres agregados monetarios para la zona del euro: a) M1, como suma del dinero en efectivo y los depósitos bancario  la vista; b) M2, que está compuesto por M1 más los depósitos a plazo hasta  dos años y los disponibles con previo aviso hasta tres meses; c) M3, compuesto por M2 más cesiones temporales y participaciones en fondos del mercado monetario y valores de renta fija hasta dos años.

El agregado monetario M3 (M2+cuasidinero) es el que se considera más fiable para medir la cantidad de dinero que hay en circulación en una economía, teniendo en cuenta no solo el dinero propiamente dicho, sino todo lo que puede llegar a ser dinero a corto plazo.

A comienzos de 2021, el volumen de efectivo en circulación en la Eurozona era de 1,39 billones de euros, en tanto que los agregados monetarios tenían valores muy superiores: M1 (10,48), M2(13,96) y M3(14,69). El crecimiento en 2020 de M1, el agregado de dinero con mayor liquidez, fue del 11,14%, a causa de la política monetaria expansiva del BCE.

Como las economías necesitan dinero para que se desenvuelva la actividad económica, las autoridades monetarias tienen que determinar la cantidad adecuada de oferta monetaria en cada momento, de tal como se evite un exceso, que podría provocar inflación, y la escasez, que dificultaría las transacciones económicas.

martes, 1 de junio de 2021

DILEMAS ECONÓMICOS


Aunque parece que hay signos de mejora económica en los países, la pandemia del coronavirus no ha sido aún superada y las autoridades tienen que lidiar con varios dilemas en su política económica.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en una reflexión reciente, resume su propuesta económica para ciertas naciones, que bien puede servir para ilustrar la situación que están afrontando algunos paises, como España.

Se vislumbra un contexto general más favorable, dado que el comercio mundial ha mejorado, los precios de las materias primas han subido y los flujos de inversión se reanudan.

Algunos países se vienen enfrentando a tres retos: aumentar el gasto para ayudar a empresas y familias, tratar de controlar el incesante aumento de la deuda pública y lograr mayor recaudación fiscal


No resulta sencillo encontrar el equilibrio, dado que aumentar el gasto para ayudar a empresas y familias supone incrementar la deuda pública del país o bien subir los impuestos, una medida difícil de adoptar desde el punto de vista político, y más en las circunstancias actuales, en las que la crisis ha absorbido los recursos de muchas empresas y hogares.

Sin embargo, es evidente que un aumento de recaudación fiscal aportaría los recursos precisos para el incremento del gasto o serviría para contener el crecimiento de la deuda pública.

Respecto al aumento de gasto público, está siendo rechazado el comportamiento económico anterior a la crisis del coronavirus. Se afianza la necesidad de atención hacia los sectores más vulnerables y el incremento de impuestos a los colectivos de altos ingresos y de riqueza acumulada.

No parece que pueda repetirse la experiencia de la Gran Recesión, cuando entre 2008 y 2010 se aplicaron políticas keynesianas, que se retiraron en el último año, ocasionando aumentos de precariedad y de desigualdad.

En cuanto a la sostenibilidad de la deuda, hará falta un equilibrio entre la política fiscal expansiva, necesaria a corto plazo, y el control del endeudamiento a largo plazo, para contener los costos y preservar la confianza de los inversores.

Resulta sorprendente que algunas de las ideas esenciales de las formaciones de izquierdas, tales como progresividad fiscal y educación y sanidad garantizados, estén siendo ahora pregonadas por líderes conservadores.

Si conjugar necesidades contrapuestas no resulta nada fácil, la pandemia del coronavirus ha hecho aún más difícil encontrar la combinación adecuada. Cada país tiene un conjunto de necesidades y disyuntivas, por lo que ha de hallar la mejor forma de afrontar sus dilemas económicos.