Los responsables del euro, tanto
el Banco Central Europeo (BCE) como los bancos centrales del Eurosistema,
vienen proporcionando dinero líquido de dos maneras: emitiendo billetes y
monedas y transfiriendo depósitos electrónicos a lo bancos y a otras
instituciones financieras.
Después de nueve meses de
análisis previos, al no haberse identificado obstáculos técnicos, el BCE ha
decidido aprobar de forma definitiva una investigación sobre el euro en forma
de divisa digital, que durará dos años, en los que se definirán aspectos claves como el diseño y la distribución
Un euro digital sería una forma
electrónica de dinero de banco central que todos los ciudadanos y empresas podrían
utilizar —como los billetes y monedas, pero en formato digital— para realizar
sus pagos diarios de manera rápida, fácil y segura.
Sería una moneda accesible a
través de monederos virtuales y serviría para realizar todo tipo de
transacciones, como complemento del efectivo, no un sustituto. Tampoco
reemplazaría al dinero bancario
Tiene menos riesgo que el dinero
fiduciario (papel moneda) pues al ser digital se puede seguir el rastro y es
más seguro.
Mientras las criptomonedas se basan en protocolos descentralizados, el euro digital será un sistema con base en el Banco Central Europeo. Pero la propia institución apunta la posibilidad de utilizar arquitecturas con elementos centralizados y descentralizados.
Los precios de las criptomonedas
suelen ser volátiles, lo que dificulta su uso como medio de pago o unidad de
cuenta, sin que haya ninguna institución pública que los respalde. En cambio,
como argumenta el BCE, el euro digital tendrá el mismo nivel de confianza que
el dinero efectivo, puesto que ambos estarán respaldados por el mismo banco
central.
En el diseño del euro digital
será importante el impacto medioambiental de su infraestructura. Según los
experimentos previos, para las arquitecturas que se probaron, la energía
utilizada ha sido insignificante en comparación con el consumo de una criptomoneda
como bitcoin
El BCE continuará la
investigación en torno al euro digital hasta 2023. Será entonces cuando tomará
la decisión de iniciar su desarrollo e implementar las posibles soluciones,
trabajando junto a bancos y empresas.
La apertura de esta investigación no prejuzga la decisión sobre si definitivamente se lanzará al
mercado el euro digital. Una vez finalizado el proceso, el organismo tendrá que
decidir de nuevo si se implementa o no. En cualquier caso, este método de pago
no estará operativo antes de 2026
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