El Sistema Monetario Internacional
es el conjunto de instituciones, normas, acuerdos e instrumentos que hacen
posible la existencia de relaciones monetarias entre países. Resulta imprescindible
para la realización de cobros y pagos en diferentes monedas.
En 1944 tuvo lugar en Bretton
Woods la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, tras las
consecuencias políticas y económicas de dos guerras mundiales.
Las monedas de los países
industrializados ya no estaban bien acopladas al valor del oro, como
consecuencia de la alta inflación y de haber tenido que financiar los
conflictos bélicos emitiendo moneda.
El patrón oro clásico del siglo
XIX se fundamentaba en fijar en términos de oro el valor de cada unidad
monetaria, de tal modo que el banco central emisor de la divisa garantizaba que
los billetes y monedas estaban respaldadas con ese metal.
El precio entre dos monedas era
el resultado de comparar las cantidades de oro que los bancos centrales de ambas
monedas habían prometido entregar a su poseedor. Por ejemplo, si el dólar tenía
una promesa de entregar 23 gramos de oro y la libra una promesa de entregar 113
gramos de oro, el tipo de cambio entre ambas monedas sería de 4,9 dólares por
libra.
Al final de la Segunda Guerra
Mundial, en 1945, el patrón oro clásico fue sustituido por el patrón dólar-oro.
Los acuerdos de Bretton Woods establecieron que todas las monedas estarían
vinculadas al dólar. Esta divisa quedaba a su vez atada a un precio fijo en oro
y sólo los bancos centrales tenían el derecho de convertir sus tenencias de
dólares en lingotes de oro, a razón de 35 dólares la onza (28,35 gramos)
Pero en 1971 colapsó el sistema
de Bretton Woods. En medio de las dificultades económicas producidas por la guerra
de Vietnam, Estados Unidos decretó la inconvertibilidad, anulando la posibilidad
de cambiar dólares por oro a los bancos centrales del resto del mundo.
(En la imagen, Bretton Woods, en New Hampshire
(EE.UU). El hotel Mount Washington, donde 44 países aliados acordaron
el funcionamiento del sistema financiero)
Fue una quiebra encubierta de
EE.UU, que se atribuyó el derecho de imprimir cuantos billetes considerara
necesarios, cubriendo con dólares sus déficit fiscales e inundando con su
dinero el sistema financiero. Se calcula que en la actualidad el 60% de las
reservas de divisas de los bancos centrales están en dólares.
Los tipos de cambio entre divisas
se convirtieron en flotantes, con lo que no eran necesarios los controles de
capital establecidos en el sistema de Bretton Woods. La extinción de los
controles ha permitido en estas últimas décadas un gran incremento de los
flujos de capital, lo cual ha hecho ganar espacio al sector financiero,
relegando al capital productivo.
Desde la pérdida de la
convertibilidad en oro, las monedas no están vinculadas a ningún metal y se han
convertido en monedas fiduciarias, basadas solamente en la confianza en cada país
emisor, fluctuando sus valores sobre todo con la demanda y la oferta en el
mercado de divisas. Evidentemente, influyen la política monetaria y la
estabilidad económica.
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