martes, 3 de agosto de 2021

SALARIOS Y PRODUCTIVIDAD

 El mercado de trabajo no encaja en las condiciones de la competitividad perfecta, y el producto que se intercambia, el trabajo, no es homogéneo, sino muy diverso. Hay de hecho muchos mercados de trabajo, tantos como profesiones y categorías laborales.

Por tanto, también será desigual el salario que se percibe. Así, hay grandes diferencias, por ejemplo, entre el mercado de directivos de grandes empresas y el de operarios de la construcción.

En España, según datos del INE, en 2019, el salario bruto medio anual (sin deducir impuestos) era de 24.395,98 euros, Sólo cuatro Comunidades Autónomas superaban la media: País Vasco, Madrid, Navarra y Cataluña


Puede observarse en el gráfico la desigualdad salarial. El salario más frecuente, 18.489,74 euros brutos anuales, era un 24% inferior al salario medio.

La retribución media anual femenina supuso el 80,5% de la masculina, diferencia que se reduce si se consideran puestos de trabajo similares (misma ocupación, tipo de contrato, tipo de jornada, etc.).

La productividad del trabajo, que se mide por el cociente entre el Producto Interior Bruto anual de un país y el número de horas trabajadas, depende básicamente de la cualificación de los trabajadores (formación y habilidades) y de la tecnología utilizada en la producción o prestación del servicio (bienes de capital y organización productiva).

El mercado laboral español lleva arrastrando tres graves problemas: la alta tasa de paro, la temporalidad elevada y el estancamiento de la productividad. Quizás es la relación entre productividad y salarios la que provoca más debates, porque unos creen que la productividad no crece debido a la falta de incentivos de los trabajadores, que ven estancados los salarios, y otros, que aseguran que los salarios no crecen porque no mejora la productividad.

En cualquier caso, es importante la correspondencia entre remuneraciones y productividad. Por ejemplo, una mejor relación entre ambas en los años 2014-2016 permitió un crecimiento de salarios y de productividad, lo que hizo posible mantener los Costes Unitarios Laborales (coste por unidad de producto) prácticamente estables.

Se reconoce que la acumulación de capital (físico, tecnológico y humano) es determinante en la productividad del trabajo. Si verdaderamente se quiere apostar por un crecimiento sostenido habrá que facilitar el incremento de la inversión de las empresas, la innovación, el empleo y una mejora de la productividad que se refleje en el alza de los salarios

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