La “Sociedad de Gestion de
Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria” (Sareb) es una empresa
creada en 2012 que forma parte del esquema planteado por el Estado para recapitalizar
las entidades financieras tras la Gran Recesión de 2008. Aunque no es un banco,
se le conoce como el “banco malo”, porque ha absorbido los activos deteriorados
de las entidades financieras.
Sareb se constituyó con un
esquema de 45% de capital público y el 55% de capital privado, con la intención
de que la aportación del Estado no computara como deuda pública. Las entidades
financieras transfirieron a esta sociedad activos deteriorados por valor de
50.781 millones de euros, entre préstamos malos y solares e inmuebles devaluados,
aplicando un descuento del 53%.
Los bancos recibieron a cambio
bonos emitidos por la Sareb, que podían descontarse en el Banco Central Europeo
(BCE) y tenían el aval del Estado. Por tanto, aunque la Sareb era una sociedad
privada, todo el riesgo recaía sobre el Estado.
Aunque los gestores de la entidad
afirmaban que la empresa tendría beneficios con la venta de sus bienes, lo cierto
es que en todos los ejercicios (2013 a 2020) ha habido pérdidas, hasta un total
de 5.075 millones de euros. A pesar de los descuentos aplicados, los inmuebles y
los préstamos seguían sobrevalorados.
El Banco de España había cifrado
en 42.561 millones de euros las pérdidas que las medidas de la Sareb habían
provocado a los contribuyentes españoles en el período 2009-2018 teniendo en
cuenta los recursos movilizados y las recuperaciones.
La inclusión de la Sareb en el
perímetro de las administraciones públicas, exigida por Eurostat ante las cuantiosas
pérdidas acumuladas, ha subido el coste de la crisis bancaria en 9.891 millones
de euro, que incrementa el déficit público de 2020.
Como el FROB (Fondo de Reestructuración
Ordenada Bancaria), creada en 2009 para rescatar a las entidades financieras y
facilitar las fusiones, tenía participación en Bankia, al desaparecer ésta por
fusión con La Caixa debe valorar su participación como valor de mercado. Con
esta corrección a la baja, la factura total de la crisis bancaria, entre e los
resultados del FROB y de la SAREB, a soportar por los contribuyentes españoles
se estima que va a ascender a 58.000 millones de euros.
Por el momento, el valor de
mercado de las acciones en Caixabank sigue siendo menor del estimado por el FROB
como valor recuperable. Por tanto, habrá que observar la evolución del nuevo
banco para saber si se incrementará en el futuro el coste de la crisis
bancaria.
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