martes, 17 de agosto de 2021

COSTE DE LA CRISIS BANCARIA

 

La “Sociedad de Gestion de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria” (Sareb) es una empresa creada en 2012 que forma parte del esquema planteado por el Estado para recapitalizar las entidades financieras tras la Gran Recesión de 2008. Aunque no es un banco, se le conoce como el “banco malo”, porque ha absorbido los activos deteriorados de las entidades financieras.

Sareb se constituyó con un esquema de 45% de capital público y el 55% de capital privado, con la intención de que la aportación del Estado no computara como deuda pública. Las entidades financieras transfirieron a esta sociedad activos deteriorados por valor de 50.781 millones de euros, entre préstamos malos y solares e inmuebles devaluados, aplicando un descuento del 53%.

Los bancos recibieron a cambio bonos emitidos por la Sareb, que podían descontarse en el Banco Central Europeo (BCE) y tenían el aval del Estado. Por tanto, aunque la Sareb era una sociedad privada, todo el riesgo recaía sobre el Estado.

Aunque los gestores de la entidad afirmaban que la empresa tendría beneficios con la venta de sus bienes, lo cierto es que en todos los ejercicios (2013 a 2020) ha habido pérdidas, hasta un total de 5.075 millones de euros. A pesar de los descuentos aplicados, los inmuebles y los préstamos seguían sobrevalorados.

El Banco de España había cifrado en 42.561 millones de euros las pérdidas que las medidas de la Sareb habían provocado a los contribuyentes españoles en el período 2009-2018 teniendo en cuenta los recursos movilizados y las recuperaciones.

La inclusión de la Sareb en el perímetro de las administraciones públicas, exigida por Eurostat ante las cuantiosas pérdidas acumuladas, ha subido el coste de la crisis bancaria en 9.891 millones de euro, que incrementa el déficit público de 2020.


Como observamos en el gráfico, el coste de la crisis bancaria suponía un 5,2% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020

Como el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), creada en 2009 para rescatar a las entidades financieras y facilitar las fusiones, tenía participación en Bankia, al desaparecer ésta por fusión con La Caixa debe valorar su participación como valor de mercado. Con esta corrección a la baja, la factura total de la crisis bancaria, entre e los resultados del FROB y de la SAREB, a soportar por los contribuyentes españoles se estima que va a ascender a 58.000 millones de euros.

Por el momento, el valor de mercado de las acciones en Caixabank sigue siendo menor del estimado por el FROB como valor recuperable. Por tanto, habrá que observar la evolución del nuevo banco para saber si se incrementará en el futuro el coste de la crisis bancaria.

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