Como continuación del
análisis de la entrada anterior, al
ahorro interno del país añadimos ahora los fondos procedentes del exterior, que en los últimos
años han sido importantes en España, tal como podemos observarlo en el
siguiente gráfico
El desfase entre el
ahorro interior del país y la inversión, que se mide por el déficit de la
cuenta corriente de la Balanza de Pagos, llegó a ser del orden del 10% en el
2009 y ha descendido hasta el 1,7% en el conjunto de los tres primeros
trimestres de 2012.
Recordemos que la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos tiene cuatro
componentes de las relaciones con otros países: Comerciales, que recoge las
exportaciones y las importaciones; Servicios, con turismo y servicios
profesionales; Rentas, en el que destacan lo intereses de la deuda con otros
países, y Transferencias, que incluye las remeses de emigrantes.
El déficit de la Cuenta
Corriente indica también que el país gasta más de lo que produce en un período
determinado. Se tiene necesidad de financiación y el ahorro del resto del mundo
viene a cubrir ese déficit.
Más tarde, el país receptor
del ahorro se verá obligado a compensarlo y para ello tendrá que gastar menos
de lo que produce, transfiriendo la diferencia al resto del mundo. En el país
con excedentes financieros ocurre justo lo contrario.
La necesidad de
financiación de la economía española (espacio entre las dos líneas del gráfico)
es la que ha acumulado la abultada deuda externa neta del país, que oscila en
torno al 100% del PIB, y que, en opinión de algunos economistas, habrá que
reestructurarla porque va a resultar difícil devolver.
El Instituto Nacional
de Estadística (INE) ofreció la semana pasada una buena noticia. Aunque en el
acumulado de los tres primeros trimestres de 2012 todavía hubo necesidad de
financiación exterior, tal como hemos indicado más arriba, en el período julio
a septiembre sucedió lo contrario: se generó una capacidad de financiación
equivalente al 1,3% del PIB
Después de 14 años de
depender del dinero ajeno para financiar la actividad interna, España ha
conseguido autofinanciarse, al menos en un trimestre. Han sido las empresas las
que han mejorado sustancialmente, porque la situación de las familias empeora y
la Administración Pública se muestra incapaz de equilibrar sus cuentas
Desde la economía no financiera,
la lectura de la situación es diferente. La mejora de las empresas se ha
logrado despidiendo trabajadores y renunciando a invertir; las familias, al ir
reduciéndose su renta disponible real, muestran signos de deterioro, y la
Administración Pública no encamina la anunciada reforma de algunas de sus
esclerotizadas estructuras.
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