martes, 22 de enero de 2013

AHORRO E INVERSIÓN


Tal como observamos en el gráfico, la tasa de ahorro familiar, según el INE,  alcanzó en España el 18% sobre la renta disponible en el año  2009, pero descendió hasta el 8,8% en el 2012, debido sobre todo a la caída de la renta disponible.
El ahorro doméstico es una parte importante de la financiación que necesitan las empresas para llevar a cabo sus procesos de inversión o producción de bienes de capital físico. Pueden acudir también  a la financiación exterior, como lo ha hecho España en los últimos años.

¿Qué relación existe entre ahorro e inversión? En última instancia, la inversión tiene que corresponder a un acto de ahorro, dado que una persona o entidad con ciertos recursos, que puede gastarlos hoy en consumo, decide utilizarlos para construir un bien de capital que se empleará en el futuro. A eso llamamos ahorro.

En términos de contabilidad nacional, considerando,  para simplificar,  únicamente dos sectores, empresas y familias, desde la perspectiva del destino de las remuneraciones recibidas, podemos establecer

              Renta nacional = Consumo + Ahorro

Desde el punto de vista de los bienes y servicios producidos,  la demanda total será

            Demanda agregada =Consumo + Inversión

Como la renta nacional o los ingresos y la demanda agregada o el valor de los bienes y servicios producidos deben ser iguales

            Consumo + Ahorro = Consumo + Inversión

Dado que el consumo es el mismo, se deduce que

                          Ahorro = Inversión

En este modelo simplificado, la igualdad viene a indicar que los recursos para la inversión provienen de la renta no consumida, es decir, ahorrada en el país, puesto que hemos supuesto que hay solo familias y empresas.

Pero el caso es que las decisiones de ahorro y de inversión las toman personas o entidades distintas. Cuando las familias deciden cuánto van a ahorrar este año, no tienen ni idea de cuánto piensan invertir las empresas. Igualmente, las empresas toman decisiones de inversión sin preocuparse por los planes de ahorro de las familias.

Sin embargo, hemos visto antes que, en el conjunto de un período, los importes de ahorro e inversión deben coincidir. ¿Cómo es posible?

Supongamos el siguiente comportamiento de las familias  y empresas de una economía (en millones de euros)

Años
Renta
Consumo
Ahorro
Producción
Inversión
1
40.000
32.000
8.000
32.000
8.000
2
40.000
30.000
10.000
32.000
10.000 (8.000+2.000)

Como podemos ver en el cuadro, la renta del país es de  40.000. En el año 1, las familias consumen 32.000 y, por tanto, ahorran 8.000. Por su parte, las empresas fabrican bienes para la venta por 32.000 e invierten 8.000. La producción de las empresas se ha consumido totalmente y el ahorro ha financiado la inversión realizada. Se da el equilibrio.

Supongamos que las empresas deciden repetir en el año 2 los niveles de producción e inversión del año 1. Pero las familias optan por aumentar el ahorro hasta 10.000. Como vemos en el cuadro, la inversión vuelve a ser igual al ahorro (10.000). Como indica la teoría económica,  se produce la la igualdad entre ahorro e inversión.

Pero un análisis más a fondo nos muestra que la situación económica del segundo año no es la misma que la del primero. En el año 1 las expectativas empresariales se cumplieron: pensaban vender 32.000 y lo consiguieron. En cambio en el segundo año, produjeron 32.000 y sólo vendieron 30.000. No se cumplieron sus expectativas. La producción no vendida, 2.000, quedó en las empresas y a ese almacenamiento es otra inversión, denominada inversión en circulante. El ahorro fue igual a la inversión, pero ésta tuvo dos componentes: el planificado, 8.000 y el forzado por la falta de venta, 2.000.

Como no hay equilibrio entre la oferta de bienes  de las empresas y la demanda por parte de las familias, en los siguientes períodos, si no mejoran las expectativas  y deciden incrementar la inversión, las empresas disminuirán la producción de bienes para la venta, reduciendo la contratación de trabajo, con lo que bajará la renta de las familias, que podrán ahorrar menos, hasta coincidir con la inversión de las empresas. Vuelve a cumplirse la igualdad entre ahorro e inversión, pero a un nivel de producción y renta menor. Ha descendido el PIB del país.

Como hemos indicado más arriba, en el modelo simplificado que hemos utilizado no hemos incluido la actuación del sector público que, en situaciones de recesión económica como la descrita, establece las acciones de  política económica que incorporan objetivos de empleo, crecimiento económico y equilibrio exterior.

En la siguiente entrada ampliaremos el análisis del ahorro e inversión introduciendo las relaciones con otros países, para abordar la dependencia financiera exterior.

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