martes, 9 de marzo de 2021

CAPTURA DE RENTAS


El concepto de “renta” ha cambiado en el pensamiento económico a través de los tiempos. Los economistas del siglo XVIII describían la “renta” como un ingreso no ganado, consecuencia de un comportamiento parasitario que lograba extraer valor de una actividad que sí lo creaba.

En la economía neoclásica, que prevalece hoy día, el valor deriva del precio en el mercado, con lo que todos lo ingresos se consideran productivos. El concepto de ingresos no ganados ha desaparecido, sustituido por rentas generadas en mercados que no se desenvuelven en situaciones competitivas (monopolios y oligopolios).

El analista Martin Wolf estima que el sistema económico capitalista está siendo dominado por poderes económicos monopolísticos, y que “renta” significa una recompensa por encima de la necesaria para conseguir el suministro de bienes y servicios o para contratar trabajo.

En el “capitalismo rentista” el mercado y el poder político permiten que, disminuyendo la competencia, ciertos individuos y empresas extraigan rentas a todos los demás. Esta “rentización”, con concentración de mercado y crecientes beneficios monopolistas, resulta evidente en compañías tecnológicas estadounidenses conocidas en finanzas como los FAANGS, grupo al que pertenecen Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet (Google).



Vemos en el gráfico de AMAZON que los ingresos netos mundiales en el último decenio han pasado de 34.200 millones a 280.520 millones de dólares, es decir, se han multiplicado por 8,2.

Las enormes ganancias de las empresas tecnológicas líderes citadas se deben al control sobre las patentes, la fortaleza financiera que les otorgan los créditos a bajos tipos de interés y la compra de competidores potenciales. Pero también es cierto que, además del poder de monopolio, sus innovaciones tecnológicas influyen en los resultados económicos que consiguen.

Una definición híbrida de la renta combina la visión proveniente de la propiedad monopolística de activos no producidos, como la tierra y los minerales, con los sistemas retributivos para altos directivos, caracterizados por el “pago en exceso”, por encima del requerido en una gestión eficiente.

Las remuneraciones de los altos directivos de las empresas del IBEX-35 suponen en algunos casos cientos de veces más que la retribución de un empleado medio de sus empresas. Cabría preguntarse si la productividad alcanzada por los ejecutivos también lo es. La respuesta más cercana a la realidad vendría a ser que los altos directivos están “extrayendo rentas” de las empresas que gestionan.

Esta capacidad para capturar o extraer rentas podría ser debida a que la mayoría de los Consejos de Administración carecen de suficiente información e independencia como para negociar eficazmente con los directivos su remuneración. Les resulta difícil controlar su labor y conectarla con los resultados de sus empresas.

A veces se observan paradojas difíciles de explicar, como el caso de una empresa del IBEX-35 cuyo Consejero Delegado percibió en 2020 nada menos que 3,7 millones de euros, entre retribución fija y variable por objetivos, en un año en el que su compañía declaraba una pérdida de 3.289 millones de euros.

Algunos ejemplos claros de fortunas acumuladas por extracción de rentas serían los oligarcas rusos que se apoderaron de los derechos de explotación de recursos naturales de su país y los constructores españoles y de otros países que se benefician de contratos con el sector público o de recalificaciones de terrenos. Es lo que recibe la denominación de “capitalismo de amigotes”-

Los estudios concluyen que los países que favorecen la extracción de rentas suelen conseguir menores niveles de desarrollo que aquellas naciones que cuentan con mercados mas competitivos, que tienen mayor capacidad para mejorar el bienestar de su población.













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