martes, 15 de octubre de 2019

CONDICIONES ECONÓMICAS DE VIDA

Diversas organizaciones internacionales, como las Naciones Unidad, la OCDE y la Comisión Europea, que analizan el progreso de las sociedades y el bienestar de las personas, han estimado la conveniencia de ampliar los indicadores de desarrollo económico que vienen utilizándose, superando el tan socorrido PIB por habitante.

Se ha optado por una perspectiva multifuncional de la calidad de vida, que incluye un conjunto de indicadores agrupados en dimensiones: Condiciones materiales de vida, Trabajo, Salud, Educación, Ocio y relaciones sociales, Seguridad física y personal, Gobernanza y derechos básicos, Entorno y medioambiente y Experiencia general de la vida. Estos indicadores se desagregan según ciertas características, como sexo, edad, nivel de renta, ámbito geográfico y otros aspectos.

El siguiente gráfico nos muestra la evolución de 7 de los indicadores, así como el global, en el último decenio en España



El indicador global de calidad de vida en el decenio muestra un incremento de 1,38%. Las mejoras más importantes se han obtenido en las dimensiones “Educación” (+4,49%) y “Salud” (+4,71%), en tanto que “Trabajo”(-2,81%) y “Condiciones materiales de vida”(-0,35%) han sufrido empeoramientos respecto de 2008.

Centrándonos en la dimensión ”Condiciones materiales de vida”, el indicador económico proviene de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), que se realiza con criterios armonizados desde 2004 en todos los países de la Unión Europea.

La Encuesta proporciona información sobre la renta disponible final neta anual del hogar, formada por los ingresos totales percibidos por la familia durante el año, una vez deducidos el impuesto sobre la renta, el impuesto sobre el patrimonio y la cotización a la Seguridad Social e incluidas las transferencias recibidas.

La renta que se refleja en la encuesta corresponden a los ingresos recibido en el año anterior, que se componen fundamentalmente de retribuciones al trabajo por cuenta ajena, beneficios o pérdidas del trabajo por cuenta propia, prestaciones sociales y rentas del capital y de la propiedad.

Con el fin de poder comparar familias de distinto número de componentes se utiliza el concepto de “renta equivalente del hogar”, que estandariza las familias en función del número de “unidades de consumo equivalente” Se tiene así en cuenta la economía de escala que se da al compartir los ingresos.

Según las reglas de la OCDE, una persona viviendo sola constituye una unidad de consumo y se le asigna el peso de 1, dado que ha de afrontar todos los gastos del hogar; a los demás adultos, un peso de 0,5, y a los menores de 14 años, 0,3 de peso.

La renta equivalente del hogar se calcula dividiendo la renta disponible total entre el número de unidades de consumo equivalente que lo componen, asignándola por igual a todos los miembros que forman parte del hogar. Se obtiene así el indicador de los ingresos equivalentes disponibles de las personas en un hogar estandarizado.

Por ejemplo, un hogar que ingresa al año 36.000 euros, habitado por una sola persona, constituye una unidad de consumo; si viven dos adultos, asciende a 1,5 unidades, con lo que la renta por unidad de consumo equivalente desciende a 24.000 euros; con dos adultos y un menor de edad, las unidades de consumo llegan a 1,8 y la renta equivalente cae a 20.000; con un menor más las unidades suman 2,1 y la renta equivalente queda en 17.143 euros.

El Instituto Nacional de Estadística, que adoptó en 2013 una nueva metodología para el cálculo de los ingresos del hogar, combinando la información de las encuestas con los ficheros de las administraciones tributarias, publica cada año la información sobre los ingresos medios anuales (renta media) y los ingresos medianos anuales (renta mediana) de los hogares estandarizados, tanto por persona como por unidad de consumo.

Para la encuesta de 2018, el INE establece una renta media por persona, dividiendo los ingresos totales del hogar entre el numero de miembros, en 11.412 euros anuales, (con alquiler imputado, 13.223), en tanto que la renta media por unidad de consumo, al dividir los ingresos entre el número total de unidades de consumo, asciende a 16.937 euros (con alquiler imputado, 19.479)

El método de las unidades de consumo que estandariza los hogares permite fijar los ingresos equivalentes por familia, con lo cual posibilita conocer mejor que la renta por habitante el nivel de vida material comparativa de las familias.





































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