martes, 16 de abril de 2019

SALARIOS Y BENEFICIOS

La participación salarial en el PIB generado a comienzos de siglo era en torno al 50%, los beneficios no superaban el 40% y el restante 10% consistía en los impuestos de producto. Al cabo de casi dos décadas, la participación de la remuneración al trabajo ha descendido al 47,3%, al tiempo que aumenta la parte del capital y los impuestos se mantiene prácticamente estables.


En el siguiente gráfico tenemos el detalle de la evolución de los componentes del PIB en la última década:


Tras la doble recesión que provocó la crisis financiera, en la economía española se han creado 2.400.000 empleos entre 2014 y 2018, al tiempo que el paro se ha ido reduciendo.

Sin embargo, según la Contabilidad Nacional, la remuneración por asalariado a tiempo completo sólo ha aumentado un 0,5% anual en el quinquenio, debido a la tasa elevada de paro, en torno al 18%, y al subempleo, que esconde la contratación a tiempo parcial involuntario.

La tasa de variación puede verse con más detalle en el siguiente gráfico de CaixaBank Research, así como la cuantía de los salarios mensuales por deciles en 2017:


Observamos que los dos extremos de la distribución, los deciles 1 y 10, tuvieron un incremento interanual de 1,4%, en tanto que los que ocupan una posición intermedia (deciles 4 a 7)), descendieron o no tuvieron ninguna variación durante el período, en términos nominales.

Existe cierta polarización del mercado laboral, con una menor demanda de trabajo en los empleos de nivel mediano, más fáciles de automatizar, que ocasiona una reducción de las remuneraciones en torno a la mediana, al tiempo que aumentan los salarios en los extremos de la distribución, dibujando un gráfico en forma de U.

En conjunto, en la economía española se ha alcanzado la misma producción de hace 10 años con cerca de 500.000 trabajadores menos, y 9.500 millones de reducción en la masa salarial.

En cambio, la evolución de los beneficios ha sido muy favorable. Según la Agencia Tributaria, el resultado contable declarado por las empresas en España alcanzó en 2017 los 217.000 millones de euros, un 9,2% más que en 2016, muy cerca del resultado record, logrado en 2007, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Mientras se contienen los salarios, aumenta la parte del capital en los resultados, argumentando que los excedentes se reinvierten en las empresas. Pero los medio de prensa vienen informando que se incrementa la compra de acciones propias, una tendencia que, junto al reparto de dividendos, engrosará los bolsillos de los accionistas.






 

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