martes, 7 de marzo de 2017

EMPLEO Y PRECARIEDAD

La Comisión Europea acaba de publicar su informe semestral sobre el avance de los Estados miembros hacia las prioridades económicas y sociales. En el caso de España, además de mostrar preocupación por la elevada deuda pública y privada del país, la baja inversión en I+D, la corrupción y las carencias educativas, la Comisión alerta sobre el incremento de la desigualdad y la exclusión social, consecuencia del alto nivel de paro y el abuso de contratos temporales.

La tasa de desempleo se ha reducido en los dos últimos años, pero aún continúa siendo la más alta de la Unión Europea (18,4%) después de Grecia y afecta sobre todo a los jóvenes (40% de paro juvenil) y a los menos cualificados. Quizás el dato más preocupante es que la mitad de los desempleados llevan más de un año sin trabajo, lo cual apremia intensificar las políticas activas de empleo.

El uso extendido de contratos temporales (26,5%) hace que sea baja la calidad del trajo creado y afecta en forma negativa tanto a las condiciones de vida de los trabajadores como a la productividad. Los grupos políticos debaten la conveniencia de unificar las indemnizaciones por despido de los dos tipos de contratos: indefinidos y temporales.

La afiliación a la Seguridad Social creció en enero en 75.000 personas y 580.000 en doce meses.


Como observamos en el gráfico, el empleo se recupera al compás del PIB desde el 2014, alcanzando en febrero de este año 17,7 millones de afiliados a la Seguridad Social.

Los salarios están perdiendo peso en el PIB y la desigualdad aumenta pese a crearse empleo, algo que no había ocurrido en otras recuperaciones. La participación del trabajo en el PIB ha descendido desde el 50% en 2008 al entorno del 47,3% en 2016, con aumento de las rentas del capital y los impuestos indirectos.

En el siguiente gráfico tenemos la evolución del riesgo de pobreza, que recoge el porcentaje de población que tiene unos ingresos inferiores al 60% de la mediana (valor situado en la mitad del colectivo)


Observamos que en el 2015 hay una reducción en el porcentaje de riesgo, pero el 28,6% resulta elevado si comparamos con la media europea (24,5%). Resulta un nivel preocupante, sobre todo cuando se conoce la situación del colectivo que dispone de empleo: el 13,1% de los trabajadores españoles están en riesgo de pobreza. Es un dato relevante de la precarización que han provocados las reformas del mercado de trabajo.

























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