martes, 28 de febrero de 2017

NUEVA ESTRUCTURA DEL IPC

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar el Índice de Precios de Consumo (IPC) en “base 2016”, para actualizar y mejorar la representatividad de este indicador. Se han introducido cambios respecto del “base 2011” en la composición de la cesta de la compra y en la estructura de las ponderaciones, de acuerdo con la clasificación europea de consumo.

La información sobre los gastos de las familias proviene de la “Encuesta de Presupuestos Familiares”, que proporciona información detallada de los gastos en bienes y servicios y su estructura de consumo. En la revisión se han eliminado los que han perdido importancia en el quinquenio y añadidos aquellos que han adquirido relevancia.

Los cambios en el comportamiento de los consumidores aconsejan actualizar cada año el peso o importancia de los grandes agregados de bienes y servicios y revisar cada cinco años las ponderaciones de todos los niveles de consumo.

En la siguiente tabla se recoge el peso de cada uno de los 12 grupos y su comparación con el vigente hasta ahora


La participación en el consumo de la Alimentación, sin contar con los gastos en hoteles, restaurantes y cafés (12%), ha llegado al 19,77% del total. El siguiente grupo en importancia es el Transporte, con un 14,67%, seguido de la vivienda, con un 13,3% y con un incremento de participación del 6,4%. Con menor ponderación (8,52%), pero con notable incremento (21,8%), destaca el grupo de Ocio y Cultura, que es el que mayor transformación ha tenido.

Dentro de los grupos, la partida más importante es “Restaurantes, cafés y salas de baile”, a la que se dedica el 9,15% del gasto familiar, seguida a distancia por la “Electricidad” (grupo de “Vivienda”), con un 3,52%

En este IPC se estrenan los juegos de azar, que suponen el 1,3% del gasto total de las familias, tanto como el destinado a la enseñanza en todos sus grados (1,37%) y el doble de lo dedicado a los libros de todo tipo.

El INE ha comenzado a utilizar esta nueva estructura del IPC en enero. El gráfico recoge la evolución del índice general y el subyacente.

El notable incremento interanual (doce meses anteriores) de enero (3%) se debe a la caída mensual de -1,9% en enero 2016 y a la menor reducción mensual de enero 2017 (-0,5%). Si añadimos al valor anual de diciembre (1,6%) la diferencia de inflación en enero entre ambos años (1,9% – 0,5% = 1,4%), tenemos el valor interanual de enero 2017 (3%).

El indicador subyacente, sin carburantes ni alimentos frescos, solo ha incrementado el indice anual del 1% a 1,1%. La diferencia entre el índice general y el subyacente se debe fundamentalmente a las oscilaciones del precio del petróleo.

El gran saldo de la inflación en enero es un pésimo dato para la economía, puesto que implica una caída del poder adquisitivo para los ciudadanos y una pérdida de competitividad del país, al compararlo con la Eurozona, que tiene una inflación del 1,8%. Las exportaciones se van a ver afectadas.

Como señalan algunos analistas, es de esperar que este repunte tan brutal sea solo temporal y que en unos pocos meses se sitúe en  niveles más razonables, en torno al 1,5%, que es el objetivo señalado para el 2017.










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