martes, 14 de febrero de 2017

ESPECULACIÓN FINANCIERA

El Presidente Trump acaba de firmar dos decretos para revocar la “Ley de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor”, que fue promovida por Obama en 2010 para recuperar algunos equilibrios, proteger a los consumidores de las prácticas heterodoxas en materia de créditos y prevenir las situaciones derivadas de los excesos especulativos de la ingeniería financiera.

La especulación es el conjunto de operaciones destinadas a obtener un beneficio económico a través de las variaciones de los precios en el tiempo. Hasta la creación de instrumentos financieros, al final del siglo XIX, la especulación se lograba actuando en el ámbito de la economía real, mediante el acaparamiento directo, comprando o almacenando los bienes, aunque la denominación de especuladores era para los que no tenían compromiso con la gestión de los bienes reales Así, un especulador compra y vende viviendas sin ánimo de utilizarlas como residencia ni de alquilarlas, sino de venderlas cuando el precio haya aumentado.

Aunque hoy día los especuladores son señalados como los causantes de los problemas que generan los mercados financieros, lo cierto es que la especulación es tan antigua como el comercio y tiene en ocasiones una función positiva al asumir riesgos inherentes a las operaciones económicas.

Un ejemplo sencillo sería la cobertura que puede ofrecer un contrato a un granjero que puede estar interesado en negociar el precio y vender anticipadamente la cosecha a un fondo especulativo de inversión. Esto hace que desaparezca el riesgo del granjero sobre a qué precio podrá vender la cosecha y traslada el riesgo al especulador, quien cree que podrá vender esa mercancía más cara y sacar un beneficio por la operación. Este tipo de contratos ayudan a normalizar la demanda, aseguran un ingreso al granjero y generan beneficios al especulador siempre que este no se equivoque.

La historia de la especulación financiera en los mercados de futuros se origina al expandirse la producción agrícola en los Estados Unidos (Bolsa de Chicago, 1848) donde se intercambian “contratos de futuros” que, con las “opciones financieras”, constituyen lo que hoy se denominan “derivados financieros”.

Mientras que los “futuros”obligan a las partes contratantes a comprar o a vender un número determinado de bienes o valores en una fecha futura determinada, en las “opciones financieras”el comprador de la opción obtiene el derecho, pero no la obligación, de comprar el producto a un precio predeterminado. Con el tiempo, se han ido elaborando futuros y opciones sobre hipotecas, bonos, tipos de interés, divisas, acciones e índices bursátiles.

Como en el mercado de futuros se se compran y se venden los contratos y no los productos en sí, el precio del contrato cambia según su oferta y su demanda, lográndose así especular con la subida o la bajada del precio del futuro, que se toma como guía y acaba influyendo en los precios que las multinacionales imponen en los mercados reales a los suministradores de los productos.

También son una forma de especulación las “ventas en corto”. Esta operativa se basa en la confianza de que el precio de un activo vaya a descender. Por ejemplo, se piden prestadas acciones para venderlas al precio actual y comprarlas cuando baje, momento en que se devolverán, beneficiándose de la diferencia de precios. Se sospecha que los bancos y los fondo de inversión pueden llegar a influir en la bajada esperada de los títulos.

Son muchos los que aseguran que los bancos y los fondos de inversión han especulado con este tipo de operaciones en las últimas décadas, utilizando dinero de sus clientes para operar en corto, y han fallado muchas veces en sus previsiones, poniendo en peligro los fondos confiados a ellos. Un analista británico ha llegado a la conclusión que no más del 16% del crédito se destina a financiar a empresas y al consumo, en tanto que el resto financia la compra y venta de activos, en la mayoría de los casos de carácter especulativo.

Cuando se pretendía corregir los excesos desreguladores de los bancos, se había dado por finalizada la crisis financiera, con la capitalización del sector mejorada, las medidas adoptadas por la Casa Blanca pueden propiciar nuevamente la formación de una futura burbuja financiera.

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