martes, 28 de julio de 2015

BURBUJAS Y MODAS FINANCIERAS

El precio de un activo financiero o inmobiliario es el valor actualizado de los rendimientos futuros utilizando como descuento el tipo de interés. Pero el precio no suele ser en muchas ocasiones igual a ese valor, llamado “fundamental”, porque influyen las burbujas y las modas financieras.

A veces, las buenas noticias provocan en los inversores un exceso de optimismo y, en otras ocasiones, se extrapolan rendimientos anteriores para predecir ingresos futuros. Estos hechos provocan desviaciones de precios respecto al valor fundamental, que obedecen a modas financieras. 

Un caso en el que se aprecia la influencia de la moda del entorno financiero sería el escándalo Madoff, que estalló en EE.UU. en el año 2008. Con un desfalco de 50.000 millones de dólares, es considerado como el mayor fraude financiero de la historia. Como en todo fraude piramidal, los rendimientos pagados a los inversores no provenían en gran parte de los rendimientos reales de las inversiones, sino de la entrada de nuevos participantes.

Los antecedentes de Madoff, antiguo presidente del mercado de valores norteamericano Nasdaq, con excelente reputación en el mundo de las finanzas, consiguieron engañar a los supuestos inversores sofisticados, que tenían que ser invitados para poder colocar su dinero, lo que daba a las actividades un aire de exclusividad.

En cuanto a las burbujas, una muestra gráfica la tenemos en  la evolución del metro cuadrado de la vivienda libre en España en términos reales (deflactado), es decir, descontado el efecto de los precios.


Durante el decenio 1998-2008, el precio de la vivienda se incrementó en nada menos que un 112% y fue también significativo el descenso posterior, porque desde 2008 a 2011 cayó  el 18,5%. Si comparamos los precios actuales con el nivel alcanzado en el año 2007 por la vivienda nueva y usada, se estima que el descenso medio acumulado  ha sido en torno al 45%.

El caso “MMM” en Rusia puede considerarse como un ejemplo extremo de estafa financiera piramidal. Sergei Mavrody inició su actividad en 1994, un período de reorganización económica tras la caída del comunismo, y procedió a vender  acciones, prometiendo un rendimiento muy elevado.

Consiguió 10 millones de accionistas. El precio de la acción subió en seis meses de 1.600 a 105.000 rublos. El problema era que la empresa no tenía actividad productiva alguna. Cuentan que su único activo eran unas oficinas en Rusia. Con lo recaudado de la venta de nuevas acciones pagaba los rendimientos prometidos a las antiguas.

Cuando descendió el flujo de dinero por la entrada de nuevos accionistas,  la empresa no pudo cumplir sus promesas y tuvo que cerrar. Mavrody trató de chantajear al Gobierno ruso para que pagara a los accionistas, argumentando que podría estallar una revolución en el país. Lo curioso es que los accionistas se enfadaron con el Gobierno y no con el dueño de la empresa. Y más sorprendente todavía: Sergei Mavrody se presentó a las elecciones a la Duma (Parlamento ruso), erigiéndose en defensor de los accionistas estafados, y gano el escaño. Un año más tarde fue expulsado. 

En las modas financieras, las desviaciones de precios respecto del valor fundamental no son racionales, puesto que los inversores pagan más debido en esencia al exceso de optimismo que observan en el entorno.

En las burbujas especulativas se asume la probabilidad del desplome futuro y se compran activos por valores superiores previendo revenderlas a un precio más alto. La burbuja acaba explotando al iniciarse la venta masiva, con la caída acelerada del precio, hasta alcanzar niveles incluso inferiores al valor fundamental del activo.

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