La Encuesta de Población Activa (EPA) es un estudio que está
obligado a realizar cada país de la Unión Europea, con el objetivo de obtener
información sobre la actividad de las personas en edad de trabajar. Se
considera a la EPA como el mejor indicador del empleo y del desempleo en un
país.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) es el encargado de
realizar la encuesta en España, recogiendo con periodicidad trimestral la información
de 60.000 familias, equivalentes a 200.000 personas
La EPA aporta información sobre la población en edad activa o número de personas potencialmente
disponibles para trabajar, es decir, los comprendidos entre 16 y 64 años. Establece
también la población activa del país,
que es el total de personas que están trabajando o buscando trabajo. Las
personas que no trabajan en el mercado ni buscan empleo constituyen el
colectivo de inactivos.
En el tercer trimestre de 2014, la población activa en España
experimentó un descenso de 44.200 personas y se situó en 22.931.700. Esta disminución es
de una magnitud similar al descenso de la población de 16-64 años (43.100
personas).
La tasa de actividad es el
cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar. Ha ido
aumentando en las últimas décadas con la
incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. La tasa de actividad
española se sitúa en el 59,53%.
El cociente entre los desempleados y la población activa es
la tasa de desempleo. El paro
desciende este trimestre en 195.200 personas. El número total de parados se
sitúa en 5.427.700. La tasa de paro global alcanza el 23,67%, pero en el
colectivo de jóvenes hasta 25 años llega al 52,38%.
Hay
que tener en cuenta que la tasa de desempleo no tiene en cuenta a las personas que trabajan a tiempo parcial
deseando hacerlo a tiempo completo. Como entre el tiempo de trabajo contratado
y el tiempo deseado la persona está parada, la tasa de desempleo real en España
se estima que en el tercer trimestre podría alcanzar en torno al 34%.
Pero
una tasa de desempleo puede reflejar realidades diferentes: un mercado de
trabajo activo, en el que hay muchas bajas y muchas contrataciones, o bien, un
mercado con pocas bajas, pocas contrataciones y un colectivo de desempleados
estancado.
Como
vemos en el gráfico, en el tercer trimestre de este año salieron del desempleo en
España 1.734.000 personas. Teniendo en cuenta que el desempleo total fue de
5.427.700, las salidas representan un 32%, lo cual quiere decir que, como
promedio, el desempleo dura 3,1 trimestres (1/0,32), es decir, 9 meses y medio,
un período mucho más elevado que el de otros países europeos, tales como Francia (2,5
meses) y Reino Unido (3,6 meses).
Pero
el promedio del tiempo de desempleo español esconde la amarga realidad del paro de muy
larga duración. La EPA estima que en el 2013 había 1.275.700 de parados, cerca
de la cuarta parte, que llevaban más de 3 años en desempleo.
Como
las probabilidades de encontrar ocupación descienden con la duración del desempleo, puesto que van depreciándose los conocimientos y las habilidades de
los trabajadores, el elevado paro estructural o de largo plazo va a ser posiblemente la herencia más
difícil de afrontar que deje la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario