martes, 2 de diciembre de 2014

POBLACIÓN ACTIVA, DESEMPLEO Y FLUJOS

La Encuesta de Población Activa (EPA) es un estudio que está obligado a realizar cada país de la Unión Europea, con el objetivo de obtener información sobre la actividad de las personas en edad de trabajar. Se considera a la EPA como el mejor indicador del empleo y del desempleo en un país.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) es el encargado de realizar la encuesta en España, recogiendo con periodicidad trimestral la información de 60.000 familias, equivalentes a 200.000 personas

La EPA aporta información sobre la población en edad activa o número de personas potencialmente disponibles para trabajar, es decir, los comprendidos entre 16 y 64 años. Establece también la población activa del país, que es el total de personas que están trabajando o buscando trabajo. Las personas que no trabajan en el mercado ni buscan empleo constituyen el colectivo de inactivos.

En el tercer trimestre de 2014, la población activa en España experimentó un descenso de 44.200 personas  y se situó en 22.931.700. Esta disminución es de una magnitud similar al descenso de la población de 16-64 años (43.100 personas).  

La tasa de actividad es el cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar. Ha ido aumentando en las últimas décadas con la  incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. La tasa de actividad española se sitúa en el 59,53%.

El cociente entre los desempleados y la población activa es la tasa de desempleo. El paro desciende este trimestre en 195.200 personas. El número total de parados se sitúa en 5.427.700. La tasa de paro global alcanza el 23,67%, pero en el colectivo de jóvenes hasta 25 años llega al 52,38%.

Hay que tener en cuenta que la tasa de desempleo no tiene en cuenta  a las personas que trabajan a tiempo parcial deseando hacerlo a tiempo completo. Como entre el tiempo de trabajo contratado y el tiempo deseado la persona está parada, la tasa de desempleo real en España se estima que en el tercer trimestre podría alcanzar en torno al 34%.

Pero una tasa de desempleo puede reflejar realidades diferentes: un mercado de trabajo activo, en el que hay muchas bajas y muchas contrataciones, o bien, un mercado con pocas bajas, pocas contrataciones y un colectivo de desempleados estancado.


Como vemos en el gráfico, en el tercer trimestre de este año salieron del desempleo en España 1.734.000 personas. Teniendo en cuenta que el desempleo total fue de 5.427.700, las salidas representan un 32%, lo cual quiere decir que, como promedio, el desempleo dura 3,1 trimestres (1/0,32), es decir, 9 meses y medio, un período mucho más elevado que el de otros países europeos, tales como Francia (2,5 meses) y Reino Unido (3,6 meses).

Pero el promedio del tiempo de desempleo español esconde la amarga realidad del paro de muy larga duración. La EPA estima que en el 2013 había 1.275.700 de parados, cerca de la cuarta parte, que llevaban más de 3 años en desempleo.


Como las probabilidades de encontrar ocupación descienden con la duración del desempleo, puesto que van depreciándose los conocimientos y las habilidades de los trabajadores, el elevado paro estructural o de largo plazo va a ser posiblemente la herencia más difícil de afrontar que deje la crisis. 

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