El Producto Interior Bruto (PIB) es el valor monetario de los
bienes y servicios finales producidos por una economía en un período
determinado. Es un indicador que se
utiliza para medir la evolución económica de un país.
En su versión como flujo de gastos, el PIB indica el destino
de los distintos bienes y servicios producidos en una economía. Vamos a ver la
descomposición del PIB español, utilizando la información aportada por el Instituto
Nacional de Estadística (INE) del año 2013, con datos a precios corrientes
(euros de cada año), y la previsión de los diferentes componentes para el año
2015, según el Escenario Macroeconómico presentado por el Gobierno, en el que prevé un crecimiento del 2%.
El consumo
familiar es el primer componente del PIB y engloba a los bienes y servicios
comprados por los consumidores de los hogares, tales como alimentos, vestidos,
electrodomésticos y automóviles. No
incluye la adquisición de la vivienda porque, como veremos, es considerada como
inversión.
El consumo depende fundamentalmente de la renta disponible,
es decir, de los ingresos de las familias una vez que hayan recibido las
transferencias de la Administración Pública (si son pensionistas o se
encuentran en paro, por ejemplo) y paguen los impuestos.
El consumo suele ser el mayor componente del PIB de un país. Como
vemos en el cuadro, el consumo familiar de España absorbe un 58,2% de la
producción del país, en tanto que grandes países europeos como Francia y
Alemania consumieron en el 2012 un 56,2% y un 54,5%, de sus respectivas
producciones anuales.
El Gobierno español
ha estimado una expansión del 2,1% del consumo privado para 2015, pero si el
ritmo de crecimiento del consumo hubiese tocado techo en el segundo trimestre
de 2014, como lo indican los datos más recientes, difícilmente se alcanzará la previsión.
La inversión es el
segundo componente. Hay que diferenciar la inversión fija de la inversión en
existencias. La primera, a su vez, puede referirse a la compra de instalaciones
y equipamientos (inversión empresarial), o bien, a la compra de nuevas
viviendas por parte de los ciudadanos (inversión residencial)
Como no tiene por qué coincidir la producción y las ventas de
un año, la diferencia es la inversión en existencias, que será positiva si la
producción es superior a las ventas y negativa en caso contrario.
La inversión total española representó el 19% del PIB,
incluyendo la compra de instalaciones y equipamientos empresariales, la
construcción y el pequeño incremento de las existencias.
El objetivo para 2015 está cifrado en un aumento del 4,4%,
pero no será fácil alcanzarlo porque el crecimiento de la inversión en bienes
de equipo comenzó a desacelerarse en el segundo trimestre de este año.
El gasto público
constituye el tercer componente del PIB. Recoge los bienes adquiridos por las
Administraciones Públicas y el coste de los servicios suministrados por los
empleados públicos. Se considera que la Administración Pública compra los
servicios y después los ofrece a los ciudadanos gratuitamente. El gasto público
junto con los impuestos conforma la política fiscal.
No se incluyen en el PIB como gasto público las
transferencias de la Administración Públicas, tales como pensiones y subsidio
de desempleo, ni tampoco los intereses de la deuda pública, porque no se
consideran compras de bienes y servicios.
Si sumamos las transferencias a los gastos públicos generadores
de PIB, el gasto total gestionado por la Administración Pública asciende al 44%
de PIB español. El Gobierno estima que durante 2015
el consumo público caerá un 1%.
El último componente del PIB recoge las relaciones económicas del país con el resto
de mundo. Como las exportaciones de bienes y servicios del año 2013
superaron a las importaciones, el saldo neto de 3,5% del PIB supuso una
aportación positiva a la producción del país.
Aunque el Gobierno estima que en el 2015 las
exportaciones aumentarán un 5,2% y las importaciones el 5%, en el período enero
a agosto de este año las exportaciones sólo crecieron un 1,5% respecto al mismo
período del año pasado, en tanto que las importaciones ascendieron un 3,75%.
A juzgar por los datos disponibles, parece que el
Gobierno ha sido bastante optimista al estimar la evolución de los componentes
del PIB para el 2015.
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