martes, 3 de septiembre de 2013

EL DESEMPLEO ESTRUCTURAL


En el informe “Perspectivas de Empleo” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que recoge los datos de los 34 países occidentales que forman parte de la organización, España ocupa la segunda posición en la tasa de desempleo, con el 26,9%, después de Grecia, que alcanza el 27%.

La OCDE llama la atención por el incremento de los parados de larga duración en el período 2007-2012, puesto que puede convertirse en desempleo estructural, un tipo de paro que resulta difícil de reducir con medidas coyunturales.

En el siguiente gráfico, centrándonos en la Eurozona, vemos el nivel del paro de larga duración en los diversos países:



Al igual que en la tasa total de desempleo, España es también en el de carácter de largo plazo el país con mayor paro, después de Grecia.

En el 2008, al comienzo de la crisis, los desempleados españoles que llevaban más de un año en el paro no pasaban del 20% del total de parados, pero al final del 2012 llegaban a 3,2 millones, el 58% del total.

En el siguiente desglose observamos el paro estructural por intervalos de edad de los desempleados:

 
El paro de largo plazo va creciendo a medida que aumenta la edad de los desempleados. Si a los 30 años está en torno al 54% del total de desempleados, a partir de los 55 años supera el 70%

Esta clase de desempleo está causado por cambios en la estructura de la economía, como aumento de la demanda de trabajo en unas industrias y disminución en otras, que dificultan el ajuste de la oferta de empleo.

Resulta más pernicioso que el paro estacional, el que se debe a las fluctuaciones de ciertas actividades,  y el desempleo friccional, ocasionado por la rotación y el tiempo de búsqueda de nuevo empleo.

Una parte del desempleo podría consolidarse en España como propio de la economía,  es decir, convertirse en estructural. Este tipo de paro genera un efecto de desánimo que reduce la intensidad de búsqueda de trabajo y un efecto obsolescencia que provoca pérdida de competencia y desajuste de cualificaciones.

En este tipo de desempleo, la característica de la oferta suele ser distinta a la requerida por  la demanda, lo cual hace probable que un porcentaje de la población no pueda encontrar empleo de manera sostenida

Según cálculos del Banco Central Europeo, España es uno de los países donde más ha aumentado el desajuste educativo. Una parte de los nuevos parados durante la crisis solo tienen estudios primarios o de secundaria obligatoria, que difícilmente se ajustan a las demandas de cualificaciones de los empleos de las actividades emergentes.

En el segundo trimestre de 2013, la tasa de desempleo estructural de España ha aumentado hasta 15,35%, según el Banco de España, al tiempo que el de duración inferior se reducía, lo cual significa que está aumentando el componente estructural en la población desempleada.

Ante el estancamiento económico en el que estamos entrando, algunos economistas  estiman que, en los años posteriores a la crisis, España puede instalarse en un nivel de paro estructural medio que difícilmente bajará del  14% de la población activa. 

Hará falta, por tanto, intensificar las políticas activas de empleo, tales como cursos de capacitación para parados e intermediación eficiente entre ofertas y demandas de trabajo, para combatir el paro de larga duración.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario