martes, 27 de agosto de 2013

EVOLUCIÓN DE LA DESIGUALDAD


La principal razón para fijarnos en la distribución de la renta en un país es su relación con la pobreza. Cuanta más desigual sea la distribución, mayor es el número de personas que viven en la pobreza.

Aunque las desigualdades entre las rentas medias de los países llaman la atención, las diferencias de renta existentes dentro del propio país suelen ser para sus residentes más importantes. Una familia pobre en el País Vasco probablemente será más consciente de la posición que ocupa en relación con las personas de ingresos elevados de la propia comunidad que en relación con las de otras autonomías de menor nivel de vida.

En cierta medida, el bienestar de los ciudadanos no depende de su nivel absoluto de consumo, sino de la diferencia entre su nivel de consumo y el de los que le rodean.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida, que elabora el Instituto Nacional de Estadística, el 21,1% de la población española estaba por debajo del umbral de riesgo de pobreza en el año 2012, es decir, que sus ingresos eran menores del 60% de la renta mediana (el valor que tiene tantas observaciones por encima como por debajo)

Si se quiere comparar la desigualdad de renta entre varios países o examinar las tendencias en un país, la medida que más se emplea es el coeficiente de Gini.  

Para llegar al cálculo del coeficiente,  se ordenan las rentas de las familias del país de menor a mayor y se construye la denominada Curva de Lorenz

La curva de Lorenz tiene forma combada por la desigualdad de la renta. Si estuviera distribuida de modo igualitario, cada porcentaje de familias recibiendo la misma proporción de renta, la curva se convertiría en una línea recta (línea de perfecta igualdad). Cuanto más combada es la curva de Lorenz, más desigual es la distribución de la renta.

El índice de Gini se calcula midiendo el área situada entre la curva de Lorenz y la línea recta de igualdad absoluta y dividiendo este área entre el área total (A/(A+B) situada debajo de la línea recta de igualdad perfecta.

Si la renta estuviese distribuida absolutamente por igual, el valor del coeficiente de Gini sería 0 y cuanto más desigualmente esté distribuida, el valor se aproximará más a 1.

En el siguiente gráfico tenemos los datos correspondientes a España de los últimos 30 años:
Observamos el descenso del índice a lo largo de las décadas que precedieron a la crisis financiera, desde un 0,364 en 1980 hasta un 0,322 en 2008.  La desigualdad fue descendiendo especialmente entre los años 1995 y 2007. Pero con la crisis actual cambia la tendencia y el índice llega a alcanzar 0,347 en el 2010. La media de la Unión Europea fue en el año 2011 de 0,305, significativamente menor que el índice español.

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