Decíamos en la entrada anterior que la acumulación de déficits de financiación lleva a un país a endeudarse con el exterior. Este es el caso de España, cuya deuda neta con otros países ha alcanzado en marzo de 2011 un billón de euros, que equivale aproximadamente al producto bruto del país de un año ¿Cómo se llegó a ella?
A raíz del ingreso de España en la zona euro se generó una dinámica de crecimiento basada en los bajos tipos de interés. Aunque la inversión se disparó tanto en el sector público como en el privado, la deuda privada es la que constituye hoy día el mayor lastre. Se acumuló principalmente a raíz de la burbuja inmobiliaria, destacando el espectacular aumento que tuvo desde 1999, cuando llegaba a los 18.000 millones de euros, hasta alcanzar la desorbitada cifra de 637.000 millones en 2007
En el siguiente gráfico se indica la evolución de la deuda externa española en porcentaje del PIB:
DEUDA EXTERIOR NETA
% PIB
La deuda externa de un país comprende todas las obligaciones que van a dar lugar a pagos por amortización e intereses. Por lo tanto, incluye todos los instrumentos financieros, excepto las participaciones en el capital de los extranjeros en empresa del país, ya que no suponen, necesariamente, la realización de pagos.
España se ha situado entre los países del mundo con mayor deuda externa. La lista de deudores la encabeza EEUU, el país que más necesita del ahorro exterior.
¿Por qué no se cortó a tiempo la burbuja inmobiliaria? Según el documento elaborado por la Plataforma Pro-Movilización Ciudadana ¡Democracia Real Ya!(DRY), “Las razones por las que los poderes públicos (Gobierno) y los reguladores (Banco de España) consistieron que ocurriera tal disparate no son claras Lo más probable es que se tratara de una mezcla de ignorancia, exceso de confianza en un sistema que parecía estable y cortoplacismo político”
El Informe DRY reconoce dos problemas centrales en esta deuda: por un lado el elevado y creciente coste en intereses que implica su servicio. A un coste del 5% anual, por ejemplo, implica una salida del país de 50.000 millones de euros, cifra que equivale al salario anual de 2,2 millones de trabajadores españoles que ganen en promedio 23.000 euros
El segundo problema es que una parte de esta deuda presenta vencimientos en el corto plazo, lo cual genera temores en vista de las dinámicas vividas por Grecia, Irlanda o Portugal.
La propuesta de DRY incluye la constitución de una banca pública como instrumento básico para hacer de contrapeso y evitar posibles abusos de los grandes bancos. Se podría así controlar que el destino de los préstamos concedidos atendiese a los intereses estratégicos del país y, además, se protegerían los intereses de los ahorradores.
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