Aunque parece que hay signos de mejora económica en los países, la pandemia del coronavirus no ha sido aún superada y las autoridades tienen que lidiar con varios dilemas en su política económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en una reflexión reciente, resume su propuesta económica para ciertas naciones, que bien puede servir para ilustrar la situación que están afrontando algunos paises, como España.
Se vislumbra un contexto general más favorable, dado que el comercio mundial ha mejorado, los precios de las materias primas han subido y los flujos de inversión se reanudan.
Algunos países se vienen enfrentando a tres retos: aumentar el gasto para ayudar a empresas y familias, tratar de controlar el incesante aumento de la deuda pública y lograr mayor recaudación fiscal
No resulta sencillo encontrar el equilibrio, dado que aumentar el gasto para ayudar a empresas y familias supone incrementar la deuda pública del país o bien subir los impuestos, una medida difícil de adoptar desde el punto de vista político, y más en las circunstancias actuales, en las que la crisis ha absorbido los recursos de muchas empresas y hogares.
Sin embargo, es evidente que un aumento de recaudación fiscal aportaría los recursos precisos para el incremento del gasto o serviría para contener el crecimiento de la deuda pública.
Respecto al aumento de gasto público, está siendo rechazado el comportamiento económico anterior a la crisis del coronavirus. Se afianza la necesidad de atención hacia los sectores más vulnerables y el incremento de impuestos a los colectivos de altos ingresos y de riqueza acumulada.
No parece que pueda repetirse la experiencia de la Gran Recesión, cuando entre 2008 y 2010 se aplicaron políticas keynesianas, que se retiraron en el último año, ocasionando aumentos de precariedad y de desigualdad.
En cuanto a la sostenibilidad de la deuda, hará falta un equilibrio entre la política fiscal expansiva, necesaria a corto plazo, y el control del endeudamiento a largo plazo, para contener los costos y preservar la confianza de los inversores.
Resulta sorprendente que algunas de las ideas esenciales de las formaciones de izquierdas, tales como progresividad fiscal y educación y sanidad garantizados, estén siendo ahora pregonadas por líderes conservadores.
Si conjugar necesidades contrapuestas no resulta nada fácil, la pandemia del coronavirus ha hecho aún más difícil encontrar la combinación adecuada. Cada país tiene un conjunto de necesidades y disyuntivas, por lo que ha de hallar la mejor forma de afrontar sus dilemas económicos.
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