Hay que distinguir entre renta y riqueza. Mientras la renta es el flujo de ingresos que se reciben dentro de un período (por ejemplo, sueldo mensual), la riqueza o patrimonio está constituido por los activos financieros (depósitos bancarios, acciones, bonos…) y no financieros (inmuebles, vehículos…) de los que se es propietario en una fecha determinada. Restando a la riqueza así obtenida (riqueza bruta) las deudas y obligaciones (préstamos, pagarés…) pendientes de pago en la misma fecha se obtiene la riqueza neta o patrimonio neto.
El siguiente mapa nos muestra un panorama de la distribución mundial de la riqueza en 2019, con datos en dólares estadounidenses (USD)
La riqueza mundial creció en 2019 el 1,2% respecto de 2018, alcanzando una cifra estimada de 360 billones de dólares, lo que supone un patrimonio neto medio por habitante adulto de 70.000 dólares.
En el grupo de países con elevados niveles de riqueza se encuentran Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Corea del Sur y núcleos de Asia, como Hong Kong, Singapur y Taiwan, así como algunos países de Oriente Medio (Israel, Kuwait. Qatar y Emiratos Árabes).
Según el informe de Global Wealth Report, la desigualdad sigue creciendo en la distribución de los recursos económicos. El 1% de la población más rica del mundo tiene el 45% de la riqueza total y el 10% alcanza hasta el 82%.El estudio señala que, pese a reducirse las diferencias entre los países en los últimos años por la aparición de economías emergentes, dentro de cada país la desigualad ha ido aumentando.
España acumula una riqueza de 7,7 billones de dólares, que supone el 2,1% del total mundial, con una población que sólo representa el 0,7%. La riqueza media por adulto llega a 207.000 dólares, invertida en su mayor parte en activos reales (165.000), y el resto (42.000) en activos financieros.
La alta concentración de la riqueza puede observarse a través de la mediana estadística (valor situado en medio de la distribución), que en España es de 95.000 dólares, muy por debajo del promedio citado (207.000)
En el siguiente gráfico de Oxfam podemos ver cómo avanza la concentración de riqueza en España:
En las dos últimas décadas, partiendo del 20% de la riqueza acumulada, el grupo del 1% más rico va avanzando en la concentración de patrimonio, hasta alcanzar en 2017 un 25% del total acumulado en el país, y el 10% más rico de la población concentra más de la mitad de la riqueza total (53,8%), es decir, más que el 90% restante. Es de destacar que en 2016 y 2017, años de recuperación económica tras la crisis financiera, el 1% más rico capturó el 40% de la riqueza creada en ese período.
La concentración de riqueza viene facilitada por ser hereditario el patrimonio, con lo que contribuye a perpetuar las desigualdades a través de las generaciones. De acuerdo con un estudio realizado en 2016, la mitad de las grandes fortunas españolas proviene directa o indirectamente de la herencia.
Obviamente, cierto nivel de ahorro acumulado hace posible a las familias afrontar gastos imprevistos y situaciones extraordinarias a lo largo de la vida, así como gestionarlo para obtener nuevas rentas en el futuro. No cabe duda de que llegar a disponer de algún patrimonio es importante para la calidad de vida y el bienestar de todas las personas.
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