En el intercambio de bienes y servicios, además del efectivo utilizamos como medios de pago otras alternativas que cumplen la función del dinero físico. Así, la tarjeta de crédito o débito y la transferencia, asociadas a una cuenta bancaria, son recursos de dinero digital, una forma de pago cada vez más utilizada, que viene a ser un dinero real expresado en la Web (Internet). En la actualidad, el efectivo físico no supera el 8% del dinero total que usamos.
En los medios de comunicación aparecen cada vez con mayor frecuencia las monedas virtuales, un tipo de dinero sin presencia física, que cuando está relativamente aceptado, se puede utilizar para el intercambio de bienes y servicios.
La primera moneda virtual totalmente implementada es el Bitcoin, una criptomoneda que surgió en 2009 con la idea de establecer un sistema de pago electrónico, independiente y descentralizado, basado en formulación cuantitativa y en criptografía, es decir, con procedimientos que precisan claves secretas para su descifrado. Entre las criptomonedas más populares del mercado hoy día se encuentran Bitcoin, Etheeum, Ripple XRP y Litecoin.
La singularidad más relevante de las criptomonedas es que no están sometidas a ningún instituto regulador ni pertenecen a ningún país determinado. No tienen que pasar por ningún banco y pueden intercambiarse entre usuarios libremente. Al no existir autoridad central para ellas, el poder es descentralizado
Las criptomonedas utilizan el sistema blockchain, una cadena de bloques de datos vinculados que se organizan en orden cronológico. Es una tecnología específica para registrar información, una especie de libro digital y descentralizado, similar a un libro contable mayor de papel, en el que se registran las transacciones.
Así como los libros de contabilidad tradicionales están centralizados en una sola entidad, el blockchain es un sistema distribuido, mantenido con el trabajo colectivo de muchos usuarios por todo el mundo, que participan en el proceso de validación de las transacciones, siempre de acuerdo con las reglas del sistema.
Tras el anuncio del posible lanzamiento de otras criptomonedas, como Libra, de Facebook, y la soportada por el Banco Popular Chino, las autoridades monetarias de la Eurozona han advertido que cada moneda virtual debería estar respaldada por una real, con los activos de reserva depositados en una entidad reconocida y autorizada y con posibilidad de que el público pueda canjearla por moneda de curso legal, como el euro.
El propio BCE ha publicado recientemente un informe en el que desvela estar avanzando en la creación de un euro digital, una forma electrónica de dinero de banco central que los ciudadanos y empresas podrían utilizar como los billetes para realizar pagos corrientes de manera rápida, fácil y segura. Más que sustituir al efectivo, el BCE pretendería complementarlo.
Hay que poner de relieve que el sistema monetario convencional tiene hoy día una economía paralela que funciona con “monedas sociales”, físicas o digitales, llamadas también “monedas locales”, que son herramientas creadas y utilizas por comunidades, colectivos y particulares, basadas en acuerdos dentro de una comunidad para usar algo como medio de intercambio de bienes y servicios.
El concepto de "moneda social y complementaria" se acuña por primera vez en Europa en el "Informe Lietaer" de la Comisión Europea, señalando que con este sistema complementario se pretende contrarrestar los valores propios del sistema monetario convencional (autoridad central, jerarquía, competencia, etc.) con otros valores más sociales como la confianza mutua, la igualdad y la cooperación. Existen alrededor de 5.000 monedas sociales en todo el mundo.
Las monedas sociales tratan de revertir la alta concentración de dinero en los mercado financieros, que suelen olvidar que es un instrumento de intercambio necesario para la economía real. El dinero sirve a su creador y hoy día es creado desde la nada por lo bancos privados al conceder créditos, convirtiendo un medio para intercambios en una finalidad muy distinta: la acumulación de riqueza.
En cambio, las monedas sociales, que no son dinero de curso legal, vienen a ser sistemas monetarios de vecindad, basados en la confianza y en la reciprocidad. Se crean a partir de los servicios, con moneda “tiempo”, o de productos con moneda social propia. En ambos casos son monedas de “crédito mutuo”
Hay monedas sociales soportadas por euros cuyo objetivo es el apoyo al comercio local de proximidad. Como ejemplo, podemos citar el caso de la moneda “Puma”, de un barrio sevillano, que nació en 2012 para apoyar a los comercios y profesionales locales, además de financiar proyectos de interés comunitario. El “Puma” es una moneda complementaria al euro (un euro equivale a un puma) gestionada por personas que conforman la red de interesados, en comunidad, de manera asamblearia y transparente.
A medida que con la crisis del coronavirus se tiende a utilizar menos dinero en efectivo, aumentan los debates sobre los medios digitales. Ya sabemos que en toda crisis surgen oportunidades, por lo que ésta del coronavirus podría servir para dar una mayor visibilidad al formato de monedas digitales.
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