martes, 5 de mayo de 2020

RECESIÓN ECONÓMICA

Las Cuentas Trimestrales de la economía española cuantifican en el 4,1% interanual la caída del PIB en el primer trimestre de 2020, en sintonía con la reducción del 4,2% en las horas trabajadas, como consecuencia del confinamiento y el cierre de empresas, medidas adoptadas para controlar la expansión de la pandemia, que ha afectado al trimestre únicamente en las dos semanas últimas de marzo. Como el confinamiento continúa, aunque se haya relajado, es de prever que en el segundo trimestre el dato de variación del PIB será mucho peor.

En su cuadro económico, el Gobierno prevé que el PIB descienda un 9,2% en el conjunto de este año y se recupere hasta crecer un 6,8% en 2012. El déficit público llegará al -10,3%, la deuda acumulada puede alcanzar el 115% del PIB y la tasas de paro se disparará de nuevo al 19%.

En el siguiente cuatro tenemos las Perspectivas Macroeconómicas 2020-2021:



La realidad en la que nos encontramos, cuyo origen es el azote de un virus altamente contagioso, pone en evidencia la vulnerabilidad económica de nuestra sociedad. Las difíciles circunstancias obligan a dejar a un lado las recetas de equilibrio presupuestario que se aplicaron para gestionar la Gran Recesión de 2008.

Los países que soportan el coronavirus están planteando un conjunto de medidas que incluyen subvenciones y demoras en el pago de impuestos, al tiempo que los bancos centrales inyectan liquidez, tratando de mitigar las insolvencias empresariales y personales. El objetivo es asegurar el flujo de dinero para mantener el consumo y evitar que se paralice la inversión, que cuenta con efectos multiplicadores.

El impacto presupuestario de estas medidas en España va a ser muy elevado. Con los sectores no esenciales en hibernación, la recaudación impositiva quedará reducida, y el apoyo estatal a los trabajadores del programa ERTE elevará el gasto público en 10 puntos porcentuales, hasta llegar al 51,5% del PIB, llevando al déficit al entorno de dos dígitos.

La pandemia obliga a asignar mucho más gasto público a los sistemas sanitarios, y muestra que la atención médica universal y otros bienes públicos relevantes son necesidades, no lujos. El envejecimiento poblacional de la mayoría de los países desarrollados hace que se incrementen las necesidades de financiación futura de los sistemas de salud y seguridad social.

En cuanto a los ingresos fiscales, parece que se mantiene la idea de impulsar las figuras tributarias que ya estaban previstas, tales como la tasa Google, la tasa a transacciones financieras y los conocidos como impuestos verdes, una parte del plan de transición ecológica de la economía.

Habrá que esperar a las Cuentas económicas y a la Encuesta de Población activa (EPA) del segundo trimestre para conocer la magnitud de la caída que se avecina, que va a depender de los tiempos de la desescalada y la evolución de los ERTE. En cualquier caso, con dos trimestres continuados de PIB negativos, se confirma que la economía española entrará técnicamente en una fase de recesión económica.














































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