martes, 19 de mayo de 2020

RESPUESTA ECONÓMICA AL CORONAVIRUS


Los gobiernos de los países gastan elevadas sumas de dinero y tienen considerables recaudaciones fiscales. Las diferencias entre los presupuestos de las naciones desarrolladas son importantes, desde el 35% del PIB de gasto público de EE.UU al 56% que alcanza en Francia. Estos datos revelan que las variaciones del presupuesto estatal pueden tener grandes efectos en la economía de un país.

Aunque se escuchan expresiones en bocas de algunos políticos del estilo de “Nadie, y menos el Estado, puede gastar más de lo que ingresa”, lo cierto es que los Estados pueden mantener cierto nivel de déficit presupuestario, financiado por deuda pública, sin excesivo riesgo de insolvencia.

En una etapa recesiva del ciclo económico, los gobiernos pueden desarrollar una política fiscal de corte expansivo en base a tres tipos de medidas: aumento de las compras de bienes y servicios, que tiene efecto multiplicador sobre la economía; reducción de impuestos, para incrementar el consumo privado, y aumento de las transferencias o subsidios, a fin de favorecer la cohesión social, al tiempo que se incrementa la demanda agregada.

Las medidas citadas son de tipo discrecional, pero hay también partidas de los presupuestos que cambian de modo automático, compensando el efecto de la fase del ciclo económico en la que se encuentra la economía de un país. Son los llamados estabilizadores automáticos, tales como los impuestos que gravan los beneficios empresariales, el consumo de bienes y servicios y las rentas personales, que en una recesión alivian a empresas y ciudadanos al reducir los pagos a la Hacienda Pública, y la prestación por desempleo, que soporta la renta de las familias en caso de caer en el paro.

En el siguiente cuadro (Ctxt, contexto y acción) tenemos un panorama de la estimación de gastos y avales que van a dedicar los principales países europeos para hacer frente a la crisis económica provocada por la expansión del coronavirus Covid-19:



Como podemos ver, los Estados incorporan en sus presupuestos un incremento de gastos, dedicados sobre todo a fortalecer el sistema sanitario y a salvaguardar los empleos paralizados por el confinamiento, tanto de asalariados como de autónomos. Además de desembolsar por gastos, los Estados se comprometen avalando los préstamos que las empresas piden a los bancos, asumiendo así garantías en la devolución del dinero y rebajando el tipo de interés a pagar por los prestamistas.

Aunque en cifras absolutas, Alemania destaca sobre los demás países tanto en gastos como en avales, en términos relativos, los gastos de Alemania y de Francia son similares (4,5%) en relación con sus respectivos PIB. España, con un 4%, se acerca también al nivel de ambos países (no se incluye en el caso de España el Ingreso Mínimo Vital, que está pendiente de aprobación). En cambio, en los avales España se queda muy corta respecto de sus grandes socios europeos.

Estos incrementos de presupuestos para hacer frente a las consecuencias económicas del coronavirus van a provocar significativos incrementos en los déficit fiscales de los países, que tendrán que financiarse sobre todo emitiendo deuda pública. Alemania, sin déficit hasta ahora, no tendrá dificultades para colocar sus bonos. Se dice que hará la mayor emisión desde la Segunda Guerra Mundial, sin coste alguno de intereses, ya que la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años se encuentra en valores negativos, en torno al -0,541% anual, lo que supone que aporta un rendimiento positivo para el país en lugar de coste por intereses.

En cambio, como la respuesta a la pandemia va a tener un abultado déficit en España este año (9% al 15%), su financiación puede encontrarse con alguna dificultad. Aunque el bono español a 10 años tenga en estos momentos un coste reducido, en torno a 0,82% anual, el incremento del volumen de deuda puede hacer que en los mercados financieros aumente el tipo de interés, agravando la partida de gastos financieros a soportar por los presupuestos del país.

Quizás, con las declaraciones realizadas ayer por Merkel y Macrón, se abra la posibilidad de recibir apoyo europeo en forma de transferencia en lugar de crédito para financiar, al menos parcialmente,  el presupuesto español de este año, evitando así que se dispare la deuda pública. Es de esperar también que el respaldo decidido del Banco Central Europeo, comprando bonos en el mercado secundario, evite el aumento de la prima de riesgo.

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