martes, 17 de diciembre de 2019

MERCADO DE EMISIONES DE CARBONO


La cumbre del clima COP25, que acaba de celebrase en Madrid, ha servido al menos para actualizar desde el mundo científico la información disponible sobre la crisis climática que atraviesa el planeta.

Las noticias no son buenas, porque este año alcanzaremos cotas máximas de emisiones de CO2, que es la causa principal del aumento de temperatura. Y la mayor fuente emisora son los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), que acumulan el 75% de todo el CO2 emitido.

El dióxido de carbono (CO2) es un gas que está presente de forma natural en nuestro entorno. Resulta necesario para que las plantas puedan realizar la fotosíntesis. El problema surge con las emisiones desproporcionadas de la industria, el transporte y el estilo de vida actual, que han convertido a este gas en uno de los principales causantes del efecto invernadero, junto al vapor de agua, el metano, el ozono y otros. Todos ellos contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

2019 es el segundo o tercer año más cálido desde 1850, cuando se iniciaron los mediciones fiables. Según el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la temperatura media del planeta estará este año 1,1 grados por encima de los niveles preindustriales.

En el siguiente gráfico tenemos la desviación de la temperatura global (grados centígrados) respecto a la media del período 1961 a 1990 y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera (partes de millón)

La figura muestra las tendencias ascendentes tanto de la temperatura global (línea azul) como de la concentración de CO2 en la atmósfera (en rojo)

Uno de los instrumentos que utiliza el análisis económico para mejorar las políticas públicas son los derechos de emisión de CO2, la negociación sobre los mercados de carbono, un asunto con importantes implicaciones económicas para las empresas y los Estados.

Se trata de los permisos que distribuyen los organismos públicos para que se puedan emitir determinadas cantidades de gases. Estas licencias se pueden comprar y vender entre las empresas contaminadores, con lo que se crea un mercado de derechos a emitir CO2.

Las empresas con diferentes costes de reducción de las emisiones pueden hacer entre ellas transacciones de permisos que resultan beneficiosas tanto para compradoras como vendedoras. Las instalaciones que mantengan sus emisiones por debajo de los derechos asignados pueden vender sus excedentes, al precio determinado por la oferta y la demanda de cada momento, a las empresas que estén necesitadas.

Por medio de este mecanismo, las empresas tienden a utilizar tecnologías y fuentes de alimentación más sostenibles medioambientalmente para evitar sanciones por sobrepasar los límites permitidos. Surge así un mercado de compra-venta de permisos para emitir más CO2 del autorizado, a cambio de una retribución económica a la empresa que ha hecho los deberes. Hay que demostrar anualmente que se tienen permisos para los gases resultantes de sus producciones y el incumplimiento es sancionado.

El régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea constituye un hito de la política europea de lucha contra el cambio climático y su herramienta principal para reducir de forma rentable las emisiones de gases de efecto invernadero. Constituye el principal mercado de carbono del mundo. Representa más de tres cuartas partes del comercio internacional de carbono.

La cantidad total de gases de efecto invernadero está sujeta a un límite máximo, que se reduce a lo largo del tiempo, de tal forma que las emisiones totales disminuyen. La Comisión Europea reparte una cantidad determinada de toneladas de permisos de emisión de CO2 entre los países miembros y estos los subastan entre las empresa de sectores tales como la aviación y las centrales térmicas, siderurgias, refinerías, cementeras y papeleras.

Al cierre de la cumbre COP25, las diferencias entre los países en la negociación sobre los mercados de carbono han sido tan grandes que, de nuevo, no se ha podido llegar a un pacto en Madrid. Y la presidencia ha admitido que los textos presentados no tenían el "suficiente consenso" para la aprobación, por lo que ha propuesto que se cierre en la próxima cumbre de Glasgow.

Las organizaciones ecologistas advierten de las limitaciones del mecanismo de los permisos de emisión de gases. Apuntan que pensar que el comercio de carbono va a conseguir resolver la crisis climática es una falsa esperanza. Greenpeace reclama acciones más decididas para recortar las emisiones de los gases de efecto invernadero.













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