martes, 17 de julio de 2018

EVOLUCIÓN DE LAS CONDICIONES DE VIDA

El Instituto Nacional de Estadística español ha publicado recientemente la “Encuesta de condiciones de vida" (ECV), basada en criterios de la Unión Europea, que permite disponer de datos comparativos para conocer la evolución socioeconómica del país.

Las condiciones de vida son los modos en que las personas desarrollan su existencia, bajo sus circunstancias individuales y en el contexto económico y social en el que les toca vivir. La situación es precaria cuando se cuenta con escasos recursos económicos, con dificultades para acceder a un empleo, en ocasiones con escaso nivel educativo y, a veces, con el agravante de de una mala salud.

La encuesta revela que, en conjunto, los hogares españoles aumentaron un 3,1% sus ingresos medios anuales en 2016, hasta 27.558 euros. El ingreso medio por persona alcanzó los 11.074 euros.

Con los criterios de Eurostat, el umbral de riesgo de pobreza se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo. Se considera que un adulto viviendo sólo es una unidad de consumo, dos adultos constituyen 1,5 unidades y un hogar formado por dos adultos y dos niños estaría formado por 2,1 (1+0,5+0,3+0,3=2,1) unidades de consumo.

Recordemos que la mediana no es el ingreso medio, sino el que se encuentra en medio en la lista ordenada de menor a mayor ingreso. El riesgo de pobreza aumenta o disminuye con el cambio de la mediana de los ingresos del colectivo.

El umbral de riesgo de pobreza para hogares de una persona (calculado con datos de 2016) se situó en 2017 en 8.522 euros y en hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años fue de 17.896 euros.

La población en riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide la desigualdad. No se trata de pobreza absoluta, sino que señala cuántas personas tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población.

En 2017 (y teniendo en cuenta los ingresos de 2016) el porcentaje de población por debajo del umbral de riesgo de pobreza (la llamada tasa de riesgo de pobreza) se situó en el 21,6% de la población residente en España, frente al 22,3% del año anterior.

Por grupo de edad, la tasa de riesgo de pobreza se redujo 1,4 puntos en el grupo de edad de 16 a 64 años y bajó 0,8 puntos para los menores de 16 años. Por el contrario, aumentó 1,8 puntos para los mayores de 65 años.

Un indicador de riesgo de pobreza más amplio, el AROPE, además de los ingresos, toma en consideración las carencias materiales o la baja intensidad de empleo. Por tanto, abarca también a la población en riesgo de exclusión social, como consecuencia de los ingresos por unidad de consumo inferiores al 60% de la mediana o los hogares con ocupación menor del 20% del total de su capacidad de trabajo o con carencia material severa.

El indicador agregado AROPE se situó en 2017 en el 26,6% de la población residente en España, frente al 27,9% registrado el año anterior. Se redujo la tasa en sus tres componentes: la baja intensidad en el empleo descendió del 14,9% al 12,8%, la carencia material severa pasó del 5,8% al 5,1% y la situación en riesgo de pobreza del 22,3% al 21,6%.

En los tramos de población por edades, se observa que, como consecuencia de la política de pensiones, el riesgo de pobreza y exclusión de los mayores de 65 años aumentó en 2017 de 14,4% al 16,4%, al tiempo que descendían las tasas del resto de los grupos.

En conjunto, la encuesta de 2017 muestra una mejoría en las condiciones de vida de la población española, consecuencia de la recuperación económica de los últimos años, pero todavía resulta llamativo que más de la cuarta parte de la población (tasa AROPE 26,6%) viva inmersa en una desigualdad marcada por el riesgo de pobreza y exclusión social, lo cual evidencia la necesidad de que se siga avanzando hacia un crecimiento económico más inclusivo.



















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