martes, 2 de agosto de 2016

EL RETO DE LA ECONOMÍA COLABORATIVA

La economía colaborativa es una tendencia tecnológica que supone un cambio de paradigma, porque plantea que los ciudadanos dejen de ser únicamente consumidores de bienes y servicios para compartir sus recursos con otros usuarios a cambio de una remuneración. La innovación técnica que utiliza no es más que una aplicación informática de web y móvil.

En los últimos años, la popularización de internet ha ido cambiando la forma de aprender, comunicarnos o entretenernos, accediendo a recursos tales como Wikipedia, YouTube y Android. Se está digitalizando el mundo físico y crecen las interconexiones, tanto entre personas como entre aparatos.

Posiblemente la mayoría de las necesidades actuales se podrían atender sin recurrir a mayor producción. Las primeras acciones del modelo colaborativo están siendo compartir coche y alojarse en casas ajenas. Pero, dada la infrautilización de otros muchos recursos, no son más que los primeros pasos para un uso más racional de los mismos.


Se estima que el sector industrial puede tener más del 20% de su capacidad infrautilizada, un porcentaje similar de los puestos de trabajo de las oficinas están sin ocupar y una cuarta parte de los camiones viajan vacíos cada día. La infrautilización de la capacidad productiva afecta negativamente a las cuentas de resultados de las empresas 

Por ello, aparte de que los ciudadanos puedan obtener unos ingresos extra prestando servicios puntuales, la alternativa colaborativa está siendo desarrollada por empresas que ofrecen este tipo de servicios o que sirven de punto de apoyo entre usuarios utilizando plataformas digitales que crean lo que se denominan “mercados de múltiples lados”, en los que diferentes tipos de agentes intercambian servicios

Algunas de las empresas más conocidas del modelo colaborativo son Airbnb, líder mundial en alojamiento; Rentalia, un portal de alquiler vacacional, Uber y Blablacar, que conectan conductores con plazas disponibles con pasajeros interesados en un mismo recorrido, y plataformas como Instacart o Delivery Hero en el sector de la distribución.

La evolución de la economía colaborativa puede ser muy rápida y, aunque no vaya a destacar en la creación de empleo, tendrá notables efectos socioeconómicos, porque a su novedad tecnológica se une la percepción cada vez mayor de su necesidad en un planeta con recursos limitados. 

Está claro que las plataformas digitales permiten crear nuevos y mejores servicios, que utilizan los recursos, a menudo escasos, de una manera más eficiente, y pueden llegar a mayor cantidad de usuarios, así como soportar más proveedores, mejorando la productividad y creando más riqueza.

Pero como la Unión Europea exige que se cumplan las normas establecidas para asegurar que todos los agentes compiten en condiciones de igualdad, el reto para las instituciones es decidir el tratamiento que se debe dar a un nuevo actor que se quiere introducir en el mercado con un modelo diferente, usando tecnologías que dejan obsoletas las reglas establecidas. La respuesta que se dé a este planteamiento va a ser una de las claves para el desarrollo de la economía colaborativa

1 comentario:

  1. Um bom texto professor Mendikute. No Brasil tem se acirrado o embate entre o app Uber e os Taxistas, onde estes últimos, constantemente realizam protestos contra o app, inclusive algumas cidades chegaram a proibir o app através de leis.

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