Muchos sectores industriales se caracterizan por tener
rendimientos de producción crecientes. Cuando aumenta el nivel de actividad y se
utiliza mayor cantidad de los factores, la producción crece más que el
incremento de los recursos. Se dice que existen “economías de escala”.
Se pueden distinguir dos tipos: a) economía de escala externas,
que son las que se producen cuando el
coste por unidad depende del tamaño del sector o conjunto de empresas que se
dedican a cierto tipo de producto, y b) economías de escala internas, si el
coste unitario depende del tamaño de la empresa individual.
Cuando las ventajas de escala son externas y no se producen
por la dimensión de las empresas individuales, el sector suele estar formado
generalmente por pymes. En cambio, si las economías de escala son de tipo
interno, lo habitual es que existan grandes empresas que alcancen ventajas de
costes sobre las “pymes”,y en tal caso, la estructura de mercado se sitúa en el
ámbito de la competencia imperfecta (oligopolios frecuentemente)
Deteniéndonos en las economías de tipo externo, es conocido
que la concentración de la producción de empresas “pymes” con cierto tipo de producto
en unas localidades cercanas entre sí suele conseguir que se reduzcan los costes
del conjunto de todas ellas.
Como se ve en el conocido gráfico, dado que existen economías
de escala, el coste medio de producción (CM) de cada unidad disminuye a medida
que aumenta la cantidad. Es una curva de oferta de pendiente negativa. El nivel
de equilibrio se da donde la curva de oferta corta a la de demanda (posición P1Q1).
Hace más de un siglo tales zonas de
concentración se llamaban “distritos industriales” y estaban caracterizadas generalmente
por la existencia de ciertos recursos naturales.
Actualmente, las concentraciones o aglomeraciones
territoriales de empresas son conocidas con el nombre de “cluster” (conjunto o
grupo). Este concepto fue estudiado por Michael Porter en los años 1990 y hace
referencia al potencial de las instituciones interconectadas en un campo
particular concreto, bien operando en un mismo nivel (“cluster” horizontal), o
bien, en forma de cadena de suministros (“cluster” vertical)
Como explicación básica para la existencia del conjunto de
empresas de actividad similar concentradas geográficamente, el economista británico
Alfred Marshall planteó a comienzos del siglo XX tres razones: a) la presencia
de proveedores especializados, porque se agranda su mercado con la
concentración de empresas; b) la posibilidad de contar en la zona con
trabajadores preparados, atraídos por la facilidad de empleo que ofrece un
amplio número de empresas, c) la facilidad para difundir el conocimiento que se
va creando, a través del intercambio informal de información e ideas que
permite la convivencia entre las personas
Seguramente, las economías externas más importantes se deban
hoy día a la acumulación de conocimientos, porque la mejora que consigue en el
producto o en la técnica de producción
una empresa por medio de su experiencia es imitada por otras empresas.
La difusión del conocimiento hace que se reduzcan los
costes de producción de las empresas individuales a medida que el sector
industrial específico acumula experiencia.
Esta trayectoria recibe el nombre de “curva de aprendizaje”
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