martes, 23 de septiembre de 2014

AUMENTA EL TIPO DE INTERÉS REAL


El tipo de interés nominal o de mercado es el indicador del rendimiento tanto de un depósito bancario del ahorrador, por ejemplo, como del préstamo de un banco, sin considerar  la tasa de inflación presente en la economía.

Cuando el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumenta, aunque no se altere la cantidad cobrada,  el valor del interés percibido  por los depósitos desciende porque su capacidad de comprar bienes y servicios se ha reducido. Y si los precios bajan (desinflación), los euros que se pagan por la cuota de devolución valen más en poder de compra que el importe recibido en préstamo.

El tipo de interés real tiene en cuenta la variación de los precios y, por tanto, refleja el poder adquisitivo. Un tipo de interés de mercado o  nominal del 5% con una inflación del 1% da un interés real del 4%. Quiere decirse que un 1% de ese 5% de interés representa la compensación por la pérdida de valor del dinero.

Los períodos de alta inflación suelen ser también de tipos de interés nominal elevados. Cuando la inflación es reducida, el tipo de interés nominal es generalmente bajo. Ello resulta razonable, porque tanto a los prestamistas como a los prestatarios les preocupa de verdad el tipo de interés real, dado que es el que determina el poder adquisitivo del dinero.

En el gráfico que reproducimos a continuación, recogido de “El Confidencial”, podemos observar la evolución del tipo de interés real.


Vemos que, a partir  de octubre de 2012, los tipos de interés para préstamos a empresa y familias en España se mantienen, con ligeras variaciones,  en torno 4%, pero los precios de los bienes y servicios (IPC) descienden desde un 3,5% al 0% a lo largo de los meses. Si deducimos del interés nominal o de mercado la variación del IPC, el tipo de interés real aumenta del entorno de un 0,2% (octubre 2012) al 4% (febrero 2014).

Con la variación negativa del IPC en agosto 2014 (-0,5%) y el tipo de interés nominal al 4,5%, el tipo real para pymes se sitúa en el entorno del 5%, más del doble del coste en Francia o Alemania, una consecuencia de la fragmentación del mercado financiero europeo.

Como suponemos que las familias y empresas toman decisiones racionales, sus comportamientos responden a incentivos que realmente modifican la situación.  De ahí que, en los tipos de interés, la referencia para tomar decisiones sea el tipo real y no el nominal. Por ejemplo, ante la alternativa de  pedir un préstamo al tipo de interés nominal del 6% en un momento de expectativa de inflación del 3% y otra opción  de endeudarse al 5% cuando los precios tienden a subir al 1%, se elegirá la primera (interés real 3%), porque la segunda opción, pese a tener en apariencia un menor coste (nominal)  para el prestatario, al ser también menor la variación de precios, resulta de un interés real superior (4%). Son, por tanto, las variaciones del interés real las que alteran los incentivos y soportan las decisiones que tienen que  tomar las personas y las empresas.

Los tipos de interés reales elevados tienen consecuencias  negativas para las familias y empresas endeudadas, porque la desinflación de los precios no les ayuda a aliviar las cargas financieras.  Al contrario, se hacen más pesadas, porque la renta disponible se ha ido reduciendo y permanecen inalteradas las cuotas a pagar por intereses y amortización de las deudas.

 

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