martes, 8 de julio de 2014

ECONOMÍA INTERGENERACIONAL


Según el informe sobre el Movimiento Natural de la Poblacional, del INE, el número de nacimientos en España descendió en el pasado año como consecuencia de la menor fecundidad y la progresiva reducción de mujeres en edad fértil (15 a 49 años), junto a la menor inmigración exterior y al aumento de la emigración en los últimos años.

El indicador coyuntural o sintético de fecundidad, que fija el número medio de hijos por mujer, fue de 1,26 en el 2013. Recordemos que debe ser superior al 2,1 para garantizar el relevo de una generación.


Vemos en el gráfico el descenso de cinco años consecutivos en el número medio de hijos por mujer en España

Al mismo tiempo aumenta la esperanza de vida al nacer. En España se ha situado en 82,8 años de media: 80 los hombres y 85,6 las mujeres. Este cambio demográfico está modificando las relaciones entre las diferentes generaciones de las familias y  trae como consecuencia una nueva relación intergeneracional.

Se plantean grandes cambios en la proporción que representan los segmentos de la población potencialmente activos (adultos) y dependientes (niños, jóvenes y personas mayores) y, por tanto, en la necesidad de inversiones en desarrollo de capacidades (educación) y de consumo en asistencia sanitaria, protección social y cuidado de las personas dependientes.

Gran parte de las necesidades de consumo de las personas que integran los grupos dependientes se satisfacen a través de los flujos de recursos económicos provenientes de la población en edad de trabajar. Algunos de estos flujos son directos, como cuando los padres proveen lo necesario a sus hijos, y otros son indirectos, como en el caso de las transferencias mediadas por los gobiernos y las instituciones económicas y sociales. El conjunto de todos esos flujos constituye la denominada “economía intergeneracional”.

Así, el aumento de la población mayor conlleva una sobrecarga del sistema económico del Estado de Bienestar, debido al traspaso de renta cada vez mayor a la población no productiva para hacer frente al sistema de pensiones y al cuidado de las personas. En el  año 2012, la proporción de personas mayores supuso un 20% de la población en algunos países europeos.

Observamos en el siguiente gráfico la tendencia descendente del ratio de trabajadores (afiliados a la Seguridad Social) respecto de  los pensionistas en España.



Si al comienzo de siglo había en torno a 2,3 ocupados por cada pensionista, el ratio ha descendido por debajo de 2 desde el pasado año. Además, está descendiendo el importe cotizado por cada trabajador, debido a la caída del salario medio en términos reales.

Preocupa sobre todo la dependencia de la población mayor de 65 años, en torno al 16% de la población total, dada la tendencia que se observa al crecimiento rápido de ese colectivo que, junto con los menores de 16 años (14,5%), conforman el nivel total de dependencia.

En el cuadro siguiente se recogen las previsiones del incremento porcentual de la población mayor de 65 años en España, Reino Unido y en el conjunto de la Unión Europea:


Aunque está cambiando la estructura de los hogares, la familia continúa siendo el principal pilar de apoyo a la vejez en España. Frente a la perspectiva de la visión de la familia nuclear en términos de aislamiento, se da la que pone en alza la solidaridad. Aumentan los vínculos intergeneracionales, que son la clave para el bienestar y el apoyo a lo largo de la vida de las personas.

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