martes, 24 de septiembre de 2013

MOROSIDAD Y ENDEUDAMIENTO

El sistema bancario está siendo uno de los sectores afectados por la crisis, que las propias entidades financieras ayudaron a generar con su comportamiento especulativo,  en un entorno de desregulación. Según la evaluación del Banco de España, el apoyo a los bancos ha costado ya a los contribuyentes españoles en torno a 61.000 millones de euros, por ayudas que se consideran perdidas, además de cuantiosos avales públicos.

Los excesos en la concesión de créditos al sector inmobiliario en la década 1998-2007 acabaron volviéndose en contra de las propias entidades financieras.  Ante el cambio en las condiciones económicas del país en estos años de crisis, fueron muchos los promotores y las familias hipotecadas que no han podido hacer frente a la devolución de los préstamos recibidos.

La morosidad en los créditos a promotoras e inmobiliarias subió en el segundo trimestre hasta el 31% y se situó en el entorno del 5% en los  créditos concedidos  a las familias para comprar viviendas. Como consecuencia de la persistencia del alto nivel de desempleo, los impagos siguen aumentando a pesar de que desciende el volumen de dinero prestado.

La tasa global de morosidad (línea roja), como se aprecia en el siguiente gráfico, ha subido ininterrumpidamente a partir de febrero de este año:


Ha pasado del 8% a comienzos del año pasado al 11,9% en julio de 2013, tras tomar en consideración la orden del Banco de España de reclasificar como morosos créditos que hasta ahora se consideraban como refinanciaciones.  En cambio, el crédito en circulación (barras azules en el gráfico) ha descendido en el mismo período de 1,8 billones de euros a 1,5 billones.

Como la tasa de mora es el cociente entre créditos dudosos y créditos totales, el incremento viene motivado por dos factores: el aumento de los créditos dudosos y la contracción del crédito en circulación.

Ante un sector bancario con problemas de solvencia, empresas y familias con deudas elevadas, además de un sector público con dificultades para reducir su déficit anual y el sistema productivo perdiendo competitividad, a los largo de 2011 comenzaron movimientos de salida de capitales de España, sobre todo fondos de no residentes, movimientos que el discurso de Draghi, Presidente del Banco Central Europeo (BCE),  calmó en parte.

Ha sido precisamente la actuación del BCE desde 2011, inyectando cantidades importantes de liquidez, la que ha logrado evitar el colapso financiero, una situación de insolvencia generalizada del sector público y privado.

Estos créditos han acumulado un endeudamiento total con el Eurosistema que superaba los 700.000 millones de euros en julio pasado. En el caso de España,   la deuda ha ido descendiendo en el último año: en agosto de 2012, alcanzaba la cifra de 388.736 millones de euros y en julio de 2013 había descendido a 248.293 millones.
La preocupación se centra en la morosidad bancaria. Descendió a finales del 2012 por los efectos contables del traspaso de activos tóxicos a SAREB, la sociedad gestora de activos procedentes de la reestructuración bancaria, pero continúa incrementándose y, en estas circunstancias, refinanciar la deuda resulta complicado. Algunos dudan de que sea suficiente el rescate bancario de los 100.000 millones de euros aportados por la Unión Europea.

martes, 17 de septiembre de 2013

EL RENDIMIENTO DE LA INVERSIÓN EN EDUCACIÓN


El potencial humano (llamado en economía “capital humano”) abarca los intangibles que se encuentran incorporados en los trabajadores, tales como la educación, la especialización y la experiencia laboral. Estos ingredientes constituyen la inversión realizada en la fuerza de trabajo, que contribuyen al incremento de la productividad.

A la vez que difunde nuevas ideas y procedimientos, el potencial humano constituye una fuente de externalidades positivas porque, junto con el capital físico (maquinaria y equipamiento), contribuye al crecimiento de la renta del país.

El incremento de escolarización en las últimas décadas ha sido notable. En el caso de España, si en 1995 sólo el 24,3% de los mayores de 25 años habían completado los estudios secundarios postobligatorios, en el 2012 consiguieron ese nivel el 45,4%, lejos aún del 63,7% de Francia y no digamos del 82,1% de Alemania.

La evolución del gasto no ha permitido alcanzar los niveles de los países de la Unión Europea. En el año 2010, el gasto público en educación ascendió al 4,9% del PIB en España, en tanto que en la UE-27 alcanzaba el 5,5%.

Dados los beneficios sociales de la educación, el 90% es financiado con gasto público tanto en España como en la UE-27.  No hay que olvidar que es el origen de gran parte del incremento de la productividad futura y el crecimiento económico.

La retribución anual aumenta con el nivel de los estudios oficiales cursados. En el siguiente gráfico tenemos la comparación del salario medio anual por niveles de estudio en el 2010, según los datos del Instituto Nacional de Estadística

Observamos, por ejemplo, que los Licenciados ganaban un 57,4% más que la retribución media  y los que se quedaban en el nivel de educación secundaria obligatoria  percibían un 22,2% menos que la media. El salario de las mujeres estuvo más de un 20% por debajo del de los hombres en cada nivel de estudios

A partir de la retribución media por trabajador en España, en el año 2010, podemos aproximarnos al rendimiento conseguido  por ampliar el nivel educativo hasta los estudios universitarios.

La persona que se había incorporado al trabajo con la educación secundaria postobligatoria (12 años de estudios) tenía en el año 2010 una retribución media de 22.691,7 euros anuales y la que había cursado una Licenciatura (17 años de estudios)  alcanzaba 35.864,8 euros.

Al acabar el nivel de enseñanza secundaria, continuar estudios de Licenciatura le habría supuesto (si hubiera encontrado trabajo) renunciar a 5 años de vida laboral, que con 22.691,7 euros por año, el total acumulado sería de 113.458,5 euros. A este importe se le denomina coste de oportunidad. Sería de hecho la inversión que habría tenido que realizar el estudiante (dejamos a un lado el coste de la matrícula) para alcanzar el nivel de Licenciatura.

Con este sacrificio consiguió una mayor retribución: en lugar de 22.691,7 euros del nivel de estudios secundarios, cobraba 35.964,8 euros, es decir, 13.273,1 euros más al año. Esta mayor retribución dividida entre la inversión de los 5 años más de estudios (113.458,5 euros) nos da un 11,7%, que es el rendimiento anual que le produjo a la persona el diferencial educativo. Aunque la consideración del coste de matrícula reduciría algo el nivel de rendimiento, la tasa continuaría siendo muy superior a la ganancia media que se podía conseguir de inversiones alternativas.

Aparte de otras motivaciones relevantes, no cabe duda de que también el rendimiento económico privado de la educación ha estimulado el esfuerzo de las familias por dotar a los hijos de un buen nivel educativo. 

martes, 10 de septiembre de 2013

TENDENCIA DEFLACIONARIA


Se está observando cierta tendencia hacia el hundimiento del índice de inflación (IPC) en los países de la Eurozona. Dejando a un lado la energía y los productos alimenticios, el alza de precios no sube del 1% en el conjunto de la zona

La convergencia de la inflación hacia cero no se da únicamente en la Eurozona. También en EE.UU. la subida general de los precios está cerca del 1% y Japón ha tomado recientemente importantes medidas para salir de la deflación en la que se instaló el país en los años noventa.

No cabe duda que los niveles alcanzados por el desempleo en algunos países desarrollados y el subempleo en otros, junto a la infrautilización de las capacidades productivas,  están en el origen de esta caída generalizada de los precios.

Observamos en el gráfico la caída del nivel de IPC a lo largo de este año en España, tanto el índice general como el subyacente (sin considerar los productos energéticos y los alimentos no elaborados). El nivel del 1,8% se debe sobre todo la subida del IVA.

La deflación es una situación en la que se da un descenso generalizado de precios, lo que provoca el aplazamiento del gasto de los consumidores y el aumento del valor real de las deudas. Es una situación más perniciosa que la inflación para la economía.

Aunque la Gran Depresión de 1929 se considera la peor espiral deflacionaria que ha tenido lugar en tiempos modernos, ha habido episodios más recientes. El más conocido fue el que tuvo lugar en Japón en la década de 1990, cuando los precios se hundieron y el Banco de Japón se vio obligado a reducir los tipos de interés prácticamente a cero. La espiral dio lugar a la conocida como “década perdida”, un período caracterizado por el crecimiento escaso

Así como para combatir la inflación los bancos centrales utilizan como herramienta el tipo de interés, elevándolo para desincentivar el excesivo acceso al crédito, en el caso de la deflación tienen menor capacidad de actuación, ya que no pueden rebajar los tipos de interés cuanto haga falta, porque nunca pueden ser negativos.

Grecia ha completado ya dos años y medio en la senda deflacionaria. En noviembre de 2010, la inflación rondaba el 5,5% anual y a junio de 2013 cayó al -0,6%.

Aunque la desaceleración en los incrementos de los precios no supone que se va a caer inmediatamente en la deflación, este fenómenos suele aparecer recurrentemente en las crisis económicas, por lo que no es extraño que, ante la evolución del IPC en Grecia, aumente en Europa el temor de se propague a otros países, en particular a los de la periferia, como España e Italia.

martes, 3 de septiembre de 2013

EL DESEMPLEO ESTRUCTURAL


En el informe “Perspectivas de Empleo” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que recoge los datos de los 34 países occidentales que forman parte de la organización, España ocupa la segunda posición en la tasa de desempleo, con el 26,9%, después de Grecia, que alcanza el 27%.

La OCDE llama la atención por el incremento de los parados de larga duración en el período 2007-2012, puesto que puede convertirse en desempleo estructural, un tipo de paro que resulta difícil de reducir con medidas coyunturales.

En el siguiente gráfico, centrándonos en la Eurozona, vemos el nivel del paro de larga duración en los diversos países:



Al igual que en la tasa total de desempleo, España es también en el de carácter de largo plazo el país con mayor paro, después de Grecia.

En el 2008, al comienzo de la crisis, los desempleados españoles que llevaban más de un año en el paro no pasaban del 20% del total de parados, pero al final del 2012 llegaban a 3,2 millones, el 58% del total.

En el siguiente desglose observamos el paro estructural por intervalos de edad de los desempleados:

 
El paro de largo plazo va creciendo a medida que aumenta la edad de los desempleados. Si a los 30 años está en torno al 54% del total de desempleados, a partir de los 55 años supera el 70%

Esta clase de desempleo está causado por cambios en la estructura de la economía, como aumento de la demanda de trabajo en unas industrias y disminución en otras, que dificultan el ajuste de la oferta de empleo.

Resulta más pernicioso que el paro estacional, el que se debe a las fluctuaciones de ciertas actividades,  y el desempleo friccional, ocasionado por la rotación y el tiempo de búsqueda de nuevo empleo.

Una parte del desempleo podría consolidarse en España como propio de la economía,  es decir, convertirse en estructural. Este tipo de paro genera un efecto de desánimo que reduce la intensidad de búsqueda de trabajo y un efecto obsolescencia que provoca pérdida de competencia y desajuste de cualificaciones.

En este tipo de desempleo, la característica de la oferta suele ser distinta a la requerida por  la demanda, lo cual hace probable que un porcentaje de la población no pueda encontrar empleo de manera sostenida

Según cálculos del Banco Central Europeo, España es uno de los países donde más ha aumentado el desajuste educativo. Una parte de los nuevos parados durante la crisis solo tienen estudios primarios o de secundaria obligatoria, que difícilmente se ajustan a las demandas de cualificaciones de los empleos de las actividades emergentes.

En el segundo trimestre de 2013, la tasa de desempleo estructural de España ha aumentado hasta 15,35%, según el Banco de España, al tiempo que el de duración inferior se reducía, lo cual significa que está aumentando el componente estructural en la población desempleada.

Ante el estancamiento económico en el que estamos entrando, algunos economistas  estiman que, en los años posteriores a la crisis, España puede instalarse en un nivel de paro estructural medio que difícilmente bajará del  14% de la población activa. 

Hará falta, por tanto, intensificar las políticas activas de empleo, tales como cursos de capacitación para parados e intermediación eficiente entre ofertas y demandas de trabajo, para combatir el paro de larga duración.