Las declaraciones de
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de EE.UU., de retirar los planes
de estímulo a partir del próximo año están provocando caídas en las Bolsas y el
aumento de las primas de riesgo en los países con dificultades financieras,
como es el caso de España.
La incidencia de los
bancos centrales es fundamental en el sistema financiero de los países. En la
Unión Europea tenemos el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC),
que incluye a los bancos centrales de los países miembros y al Banco Central
Europeo (BCE)
El Banco de España es en
nuestro caso el banco central. Se trata de un organismo autónomo con las
funciones de supervisar el
funcionamiento de las entidades de crédito y ser el banco del Estado, entre
otras. Participa en el Sistema Europeo para definir y ejecutar la política monetaria,
realizar operaciones de cambio de divisas y emitir los billetes de curso legal.
Junto con el BCE, hay
tres grandes bancos centrales con influencia en el mundo en estos momentos: La
Reserva Federal (EE.UU), el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra.
El principal objetivo que
guía a todos ellos (el único en el caso
del BCE) es mantener bajo control la inflación (la
referencia europea es del 2%) y una de las herramientas que disponen para conseguirlo es el tipo de interés.
La gestión de la tasa
de interés la realizan a través de tres vías: a) anuncian el cambio del tipo
básico oficial, que es seguido de cambios en las tasas de las hipotecas,
préstamos y depósitos; b) usan operaciones en el mercado abierto, compras y
ventas de bonos, para influir en el precio del dinero, y c) establecen
el coeficiente de caja o nivel de
reservas que deben mantener los bancos en forma de dinero líquido, con lo que condicionan
su capacidad de dar créditos.
Pero la función de los
bancos centrales no es sólo controlar los
tipos de interés sino también garantizar el buen funcionamiento del
sistema financiero. Actúan como prestamistas de última instancia, sobre todo en
épocas de turbulencia económica. El BCE tiene limitada esta función, debido a
que no se le permite en sus estatutos dar crédito directamente a los países.
La crisis de 2007 ha
forzado a los bancos centrales a aumentar su papel de garantizadores de
liquidez del sistema bancario, inyectado grandes cantidades de recursos en
forma de créditos de bajo tipo de interés y compras de títulos, ayudando así a
financiar déficits públicos para dar tiempo a reducir los endeudamientos.
En el siguiente gráfico
vemos la evolución del incremento de los activos de los bancos centrales en el
período 2007-2012, en % del PIB:
El Banco de Pagos
Internacionales (el banco de los bancos), con sede en Basilea (Suiza) coincide
con Bernanke y propone poner fin a los estímulos monetarios e iniciar el
incremento del tipo de interés, porque estima que los planes de flexibilización
cuantitativa han ido demasiado lejos.
Pero algunos
economistas advierten que los países se encuentran en situaciones distintas tanto
en desempleo como en nivel de
endeudamiento y, por lo tanto, con necesidad de aplicar políticas económicas
específicas en cada caso.
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