Un banco capta dinero
en forma de depósitos de los ahorradores y
préstamos de los mercados financieros y lo transforma en crédito
minorista para financiar la demanda de las familias, que lo destinan a comprar una vivienda, un
coche o el equipamiento para una nueva actividad económica.
Los créditos concedidos
por los bancos están, por tanto, ligados a la captación de depósitos y a la
financiación mayorista que consigan en los mercados financieros
Hasta el comienzo de la
crisis actual, a mediados de 2007, los bancos españoles emitían un tipo de bono
denominado “cédula hipotecara” y el dinero que recogían de los
mercados era utilizado para conceder créditos, obteniendo una
ganancia en la intermediación
En otoño de 2007, con
la crisis ya presente, los bancos españoles no lograban colocar sus activos en
los mercados financieros y se encontraron con problemas para dar nuevos préstamos. El
cierre del crédito pinchó la burbuja inmobiliaria y el país se metió en la Gran Recesión.
Hay que tener en cuenta que la rentabilidad de las
inversiones en la banca se consigue añadiendo deuda a los recursos
propios, a fin de aumentar los rendimientos para los accionistas. La regulación
bancaria viene exigiendo un capital mínimo del 8%, es decir, por 100 de inversión, los
recursos propios del banco han de ser en torno a 8 y los 92 restantes pueden
ser dinero ajeno. De este modo, la rentabilidad sobre los activos, que suele
ser baja en el sector (0,94% anual en 2008-2011) puede aumentar hasta el 11,75%
(0,94 sobre 8) para los recursos
propios, es decir, para los propietarios o accionistas.
Como la crisis económica
trae consigo el aumento de los impagados, que se encuentra próxima al 11%, un
riesgo siempre inherente al negocio bancario, las entidades financieras reaccionan restringiendo los créditos. Endurecen las condiciones y
garantías en las concesiones y aumentan los tipos de interés para protegerse
del riesgo mayor que perciben.
Según el Banco de
Espala, el volumen de crédito concedido a familias y empresas al final de mayo
había sufrido una caída interanual del 6,1%, acelerándose la tendencia de los
últimos dos años.
En el siguiente
gráfico se recogen los problemas que manifiestan
las empresas españolas:
En el conjunto
empresarial, destacan dos problemas, encontrar clientes (28%) y la financiación
o necesidad de crédito (24%), seguidos de lejos por los costes laborales (12%).
Junto a la escasa
concesión de créditos, hay que destacar la discriminación en el tipo de interés
que sufren las pequeñas y medianas empresas.
Como observamos en el siguiente gráfico, el coste de la financiación por debajo de un millón para las empresas es superior al 5%, el doble que para los préstamos de más de un millón.
Como observamos en el siguiente gráfico, el coste de la financiación por debajo de un millón para las empresas es superior al 5%, el doble que para los préstamos de más de un millón.
Las tasas de interés
para los tres casos (hogares y dos dimensiones de empresas) han sido muy similares en el período 2003-2008. Fue en la
recesión del 2009 cuando los costes de la financiación se han distanciado e
incluso se ha agrandado la brecha en los últimos meses, castigando a las PYMES
con un sobrecoste que les añade dificultades para competir en los mercados.
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