martes, 2 de julio de 2013

EL ORO COMO REFERENCIA MONETARIA

Con el comienzo de la crisis actual en 2007, la referencia al oro vuelve a escucharse cada vez con mayor intensidad. Las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales han vuelto a la actualidad las demandas de los partidarios de la vuelta al oro como alternativa a las monedas fiduciarias.
 
Debido a tales políticas, los bancos centrales de los países emergentes, tales como China, India y Brasil, están apostando decididamente a favor del oro, tratando de defenderse de la caída del dólar. 
 
Como es habitual en tiempos de crisis, se ha incrementado el precio del metal, tal como podemos observar en el siguiente gráfico
La característica del llamado "patrón  oro" es que las monedas se miden por la cantidad de su contenido en ese metal. En el período clásico, desde el siglo XVIII hasta la década de los años treinta del siglo pasado, las autoridades monetarias del país se comprometían a fijar el precio de sus monedas en oro y a intercambiar el metal amarillo por moneda en cantidades ilimitadas.
 
Tras la Segunda Guerra Mundial, el patrón oro dio paso a un sistema mixto, que se diseñó en la conferencia de Bretton Woods (EE.UU.). El dólar se fijó en términos de oro y el resto de las monedas tenían una paridad semiflexible frente al dólar, con la posibilidad de alterar el tipo de cabio en una banda prefijada.
 
Se crearon dos instituciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (Banco Mundial), para establecer un sistema de equivalencia entre divisas basado en el dólar, moneda de referencia que se suponía más o menos respaldada por lingotes de oro.
 
El papel de FMI estaba encaminado a financiar los déficits por cuenta corriente de los países miembros, que podían tomar préstamos hasta un determinado nivel, ligado a su participación en el Fondo.
 

El sistema diseñado en Bretton Woods, en el que el dólar era plenamente convertible en oro, funcionó hasta 1971, año en el que EE.UU, siendo presidente Nixon, decidió a abandonarlo. La guerra de Vietnam había disparado las deudas de EE.UU. y se pasó del oro a imprimir billetes en la cantidad necesaria. Fue el final del patrón oro.

El inconveniente del patrón oro es que el sistema fija la cantidad de dinero en circulación y, por tanto, elimina la discrecionalidad de la política monetaria. El aumento de dinero va unido exclusivamente a los descubrimientos de minas de oro, lo cual supone un corsé para el crecimiento, al expandirse la economía más rápido que el oro extraído de los yacimientos.

 La expansión monetaria puede ser un instrumento para impulsar el desarrollo de un país. Así lo ha entendido recientemente Japón, que va a insuflar a su economía el equivalente al 30% del PIB en dos años con el objetivo de poner fin a más de 15 años de deflación y depresión económica.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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