A partir de este mes de
septiembre, el tipo general del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ha subido
del 18% al 21% y muchos productos han pasado a tener un incremento de 13 puntos
porcentuales, ya que cambian de tributar el tipo reducido anterior (8%) al
general actual (21%). Los vendedores tendrán que abonar mayores cantidades a la
Administración Pública.
Pero el impuesto puede
no ser soportado, en última instancia, por los sujetos pasivos obligados por
norma a su liquidación. El elemento clave para determinar el reparto de la
carga tributaria es la elasticidad-precio (sensibilidad) de la demanda y de la oferta
de cada producto o servicio.
La elasticidad-precio
de la demanda significa el grado en que la cantidad demandada responde a las
variaciones del precio de mercado.
El cálculo del coeficiente de elasticidad-precio de la demanda responde a la siguiente expresión:
Ejemplo de inelástico
es el suministro de electricidad a corto plazo (coeficiente = 0,12). Un aumento
del 10% en la tarifa eléctrica provoca la reducción del consumo únicamente en
el 1,2%
En cambio, la
elasticidad precio del transporte público se estima en 1,27, lo cual quiere
decir que si se abaratan las tarifas un 10%, el público responde aumentando la
utilización del transporte en un 12,7%.
Para ilustrar el planteamiento conceptual, veamos el comportamiento del impuesto con dos productos, que precisamente van a tener el aumento del 13% citado arriba: los cines y los servicios funerarios.
Los cines pueden ser un
caso de demanda-precio bastante elástica (sensible a las variaciones del
precio), dado que el público tiene espectáculos sustitutivos a su alcance, y en
cambio, de oferta poco cambiante o
inelástica a corto plazo.
Como observamos en el
gráfico, la parte del impuesto que recae sobre los consumidores (en rojo) en el
aumento del precio es mucho menor que la
que tienen que absorber las salas de cine (en azul). Los precio suben, pero
la venta de entradas descenderá en mayor
proporción, con lo que caerán los ingresos
Por lo tanto, si las
hipótesis sobre el comportamiento del mercado que hemos realizado se
aproximan a la realidad, parece que no va a resultar fácil que los empresarios
cinematográficos consigan trasladar el aumento del IVA a los espectadores
Muy distinto es el caso
de los servicios funerarios, a los que también ha llegado la subida del IVA. Al
ser unos servicios imprescindibles, sin posibilidad de sustitución, y, por
tanto, de demanda inelástica, la subida del impuesto acabará recayendo en los
usuarios.
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