martes, 25 de septiembre de 2012

LA CUENTA FINANCIERA DE LA BALANZA DE PAGOS


En la entrada anterior abordábamos el contenido de la  Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos española del primer semestre de este año. A continuación completamos el tema tratando de explicar  la Cuenta Financiera del mimo documento.

La Cuenta Financiera  recoge las compras y ventas de activos, que dan lugar a dos tipos de inversiones:

Inversión directa. La compra de activos físicos (por ejemplo, terrenos e   instalaciones) o la compra de la mayoría de las acciones de una empresa. 

Inversión en cartera. La compra de activos financieros, como acciones o bonos, que representen una pequeña parte en el conjunto de la sociedad adquirida.

La inversión del exterior se da cuando un extranjero compra un activo español y da lugar a una entrada de divisas. En la Balanza de Pagos lleva un signo positivo. En cambio, la compra de un activo extranjero es una inversión en el exterior y lleva un signo  negativo.


Como ya vimos, la Cuenta Corriente nos indica que el país quedó a deber 17.134,5 millones de euros al resto del mundo en el primer semestre. Es la cantidad gastada más de la producida. No se ha podido pagar con bienes y servicios españoles, por lo que el resto del mundo se ha tenido que conformar con promesas de pago. Más tarde tendremos que consumir menos de lo que producimos, a fin de transferir la diferencia al extranjero.

La primera partida de la Cuenta Financiera la constituyen las  inversiones directas. Observamos que en el primer semestre de 2012 los extranjeros han invertido más en España que los del país en el extranjero, con lo que ha habido una entrada neta de divisas por 5.797,6 millones de euros.

En cambio, el saldo de las inversiones en cartera indica que se ha originado  una salida neta de divisas de 77.493,3 millones. Como las inversiones del exterior en España, 84.357,7 millones están en negativo, nos están indicando que los extranjeros han desinvertido, es decir, que han vendido sus participaciones en sociedades españolas. La prensa económica ya venía dando noticia de estas operaciones, atribuidas a la pérdida de confianza en el país como lugar de negocios

Otras inversiones, que incluye préstamos y depósitos, tiene un saldo negativo de 154.291,5 millones y, por lo tanto, refleja la salida de dinero al exterior, tanto de los españoles que han sacado dinero del país (75.680,8 millones) como de las extranjeros que se llevan su dinero (78.610,8 millones).

Sumando todas las partidas citadas de la Cuenta Financiera,  más los derivados financieros,  el saldo negativo del primer semestre de 2012 ha sido de 219.817,4 millones.

Recogiendo el conjunto de la Balanza de Pagos, tenemos hasta ahora:


Saldo semestral (millones de euros)
Cuenta Corriente
-17.134,5
Cuenta de Capital
2.414,2
Cuenta Financiera (excluido Banco de España)
-219.817,4
                SALDO DE LA BALANZA BÁSICA
-234.537,7

La Balanza Básica recoge todos los movimientos originados por los agentes privados de la economía. Esta balanza señala el auténtico saldo de la Balanza de Pagos del país.

El saldo negativo que aparece en el cuadro de arriba nos indica que en el período semestral han salido 234.537,7 millones más de los que han entrado. ¿Cómo ha sucedido?

En el documento oficial tenemos la respuesta: es el Banco de España, componente del Eurosistema (sistema de Bancos Centrales,  encabezado por el Banco Central Europeo) el que ha tenido que aportar el dinero necesario para compensar el saldo negativo de la balanza básica.

La financiación extranjera a España ha caído a la mitad, tanto la privada como la pública.  En concreto, la tenencia de deuda española en poder de extranjeros ha ido descendiendo del 57% en octubre de 2011 al 30% en agosto de este año. 

martes, 18 de septiembre de 2012

EL AJUSTE DEL DESEQUILIBRIO EXTERIOR


La publicación de la Balanza de Pagos del primer semestre nos permite apreciar que continúa el ajuste en el saldo de la Cuenta Corriente. Al final de junio, el déficit es aún elevado, 14.720,3 millones de euros, un 3,2% del PIB semestral, pero supone la reducción en un tercio del  saldo de un año antes.


Como puede observarse en el cuadro, la mejora se debe sobre todo a la disminución del saldo negativo de la balanza comercial y al aumento del superávit de los servicios

La reducción del déficit de la balanza comercial obedece al aumento de las exportaciones (3,27%) y la reducción de las importaciones (0,9%) debido a la caída de la demanda interna.

En la balanza de servicios la partida fundamental es el turismo, que mejora ligeramente en el 2012, y va ganando importancia la partida de “otros”, en la que destacan la exportación de servicios empresariales, tales como ingeniería, hoteles, telefonía y gestión de infraestructuras.

En cuanto a las rentas, la cifra negativa es abultada y responde a los cuantiosos déficits en la fase del boom inmobiliario, que han acumulado una elevada deuda exterior, por la que hay que pagar tasas altas de interés.

En la partida de transferencias destaca la remesa de emigrantes y la cuenta de capital incluye transferencias respecto de la Unión Europea.

Recordemos que el déficit por cuenta corriente viene a ser el ahorro exterior que financia la diferencia entre la inversión y el ahorro interno del país (privado y público). Se denomina necesidad de financiación, tal como explicábamos en la entrada del 31 de julio pasado.

En el cuadro siguiente observamos la evolución de las necesidades de financiación (línea azul) y los desgloses (en columnas):


Vemos que el déficit de la cuenta corriente va reduciéndose. Alcanzó el 10% del PIB en 2007, bajo al 4% en el 2009 y rondará  el 3% en el último año.
Por lo tanto, desde los 100.000 millones de euros que financiaron desde el exterior en el 2007, el déficit se ha ido reduciendo en los siguientes años, pero España aún gasta cerca de 30.000 millones al año (los intereses de la deuda suponen la mayor parte) más de lo que produce, por lo que sigue necesitando ahorro de otros países.

martes, 11 de septiembre de 2012

EL REPARTO DE LA CARGA TRIBUTARIA


A partir de este mes de septiembre, el tipo general del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ha subido del 18% al 21% y muchos productos han pasado a tener un incremento de 13 puntos porcentuales, ya que cambian de tributar el tipo reducido anterior (8%) al general actual (21%). Los vendedores tendrán que abonar mayores cantidades a la Administración Pública.

Pero el impuesto puede no ser soportado, en última instancia, por los sujetos pasivos obligados por norma a su liquidación. El elemento clave para determinar el reparto de la carga tributaria es la elasticidad-precio (sensibilidad) de la demanda y de la oferta de cada producto o servicio.

La elasticidad-precio de la demanda significa el grado en que la cantidad demandada responde a las variaciones del precio de mercado.

El cálculo del coeficiente de elasticidad-precio de la demanda responde a la siguiente expresión:

Un producto o servicio será inelástico si el coeficiente es menor que la unidad  y elástico si es superior.

Ejemplo de inelástico es el suministro de electricidad a corto plazo (coeficiente = 0,12). Un aumento del 10% en la tarifa eléctrica provoca la reducción del consumo únicamente en el 1,2%

En cambio, la elasticidad precio del transporte público se estima en 1,27, lo cual quiere decir que si se abaratan las tarifas un 10%, el público responde aumentando la utilización del transporte en un 12,7%.

Aplicando el concepto de elasticidad también a los oferentes, la elasticidad-precio de la oferta sería:
Para ilustrar el planteamiento conceptual, veamos el comportamiento del impuesto con dos productos, que precisamente van a tener el aumento del 13% citado arriba: los cines y los servicios funerarios.

Los cines pueden ser un caso de demanda-precio bastante elástica (sensible a las variaciones del precio), dado que el público tiene espectáculos sustitutivos a su alcance, y en cambio, de oferta  poco cambiante o inelástica a corto plazo.
Como observamos en el gráfico, la parte del impuesto que recae sobre los consumidores (en rojo) en el aumento del precio  es mucho menor que la que tienen que absorber las salas de cine (en azul). Los precio suben, pero la  venta de entradas descenderá en mayor proporción, con lo que caerán los ingresos

Por lo tanto, si las hipótesis sobre el comportamiento del mercado que hemos realizado se aproximan a la realidad, parece que no va a resultar fácil que los empresarios cinematográficos consigan trasladar el aumento del IVA a los espectadores

Muy distinto es el caso de los servicios funerarios, a los que también ha llegado la subida del IVA. Al ser unos servicios imprescindibles, sin posibilidad de sustitución, y, por tanto, de demanda inelástica, la subida del impuesto acabará recayendo en los usuarios.








martes, 4 de septiembre de 2012

EL COMPONENTE ESTRUCTURAL DEL DESEMPLEO


Para comprender los movimientos de la economía de un país en el corto plazo es útil conocer el producto potencial  o el crecimiento potencial, términos intercambiables, el primero en cifras absolutas y el segundo en tasas de variación, tal como explicábamos en la entrada anterior.

Si la tasa de crecimiento real es elevada se corre el peligro de generar inflación. En cambio, si es escasa, no bastará para absorber la fuerza de trabajo disponible y, en consecuencia, el desempleo aumentará.

Recordemos que la tasa de crecimiento potencial es el ritmo por encima del cual el aumento del PIB provoca subidas de inflación al cabo de cierto tiempo. Por debajo de esa tasa es el desempleo el que crece. En el caso de España, el crecimiento potencial anual se estimaba en el 3% en los años finales del boom inmobiliario y está reduciéndose con la crisis.

El crecimiento potencial tiene que ver con la oferta. Si no se puede crecer por encima de cierta tasa se debe a la falta de recursos. Sucede a veces que, al tratar de crecer, se carece de materia prima suficiente, los recursos energéticos son escasos y caros, falta mano de obra adecuada, con lo que sube la presión para el aumento de las retribuciones laborales, y, por tanto, aumenta la inflación.

Así como la política económica (monetaria y fiscal) trata de influir sobre la demanda para mantener el PIB lo más cerca posible de su potencial, las políticas de oferta intentan aumentar el crecimiento potencial mismo.

Si dejamos el mercado de bienes y servicio y nos adentramos en el mercado de trabajo, el concepto simétrico de crecimiento potencial es la tasa natural de paro (nombre extraño que se utiliza en economía, porque no tiene nada que ver con la naturaleza). Se refiere al desempleo que se observa cuando la economía de un país crece a su tasa potencial. Por debajo de esa tasa de paro la inflación aumenta.

En el siguiente gráfico, con datos del INE, se puede observar, la evolución del desempleo, en %,  en los últimos 30 años a nivel de  España y en la Comunidad Autónoma del País Vasco:


Con excepción del período de boom inmobiliario (2000-2008), el componente estructural del desempleo en la economía española  osciló en torno al 15% en las últimas tres décadas.

Podemos observar que las tasas de desempleo del Estado y de la Comunidad Autónoma del País Vasco se mantienen próximas durante 25 años. Es a partir del 2007 cuando comienzan a distanciarse y la brecha se agranda en los dos últimos años. En el 2011 el paro del conjunto del Estado (21,5%) supera al del País Vasco (12%) en cerca del 80%. En la Eurozona, el desempleo era del 11,3%

Algunos autores consideran que la tasa natural de paro incluye tanto el desempleo friccional (consecuencia de la rotación entre puestos y búsqueda del primer empleo),  como el estructural, en tanto que otros lo identifican únicamente con el estructural. Queda siempre excluido el tercer componente del paro observado, el desempleo cíclico, que se da cuando el gasto de la economía es insuficiente para dar empleo a todos los recursos.

El desempleo estructural es el desempleo que se produce como consecuencia de un permanente (crónico) exceso de oferta de trabajo en una economía. Se suele atribuir a los desajustes laborales,  tanto de cualificación de los empleados que necesitan las empresas como de la escasa movilidad geográfica. También tiene cierta incidencia  en este tipo de paro la incorporación de tecnología  y el poder de mercado que ejercen los trabajadores cuando actúan conjuntamente.

A finales de 2011, el componente estructural en el paro español se situó en el 16%, en torno a 3,5 millones de personas. Por tanto, en la actualidad, más del 60% del paro total de España es de naturaleza estructural, es decir, que no obedece a la caída de la actividad económica como consecuencia de la crisis que nos afecta, sino que responde a cambios tecnológicos, crisis sectoriales y desajustes de largo plazo en el entramado económico.