El Banco Central Europeo (BCE) no está consiguiendo
que los bancos pongan el dinero a circular. En un intento de incentivarles a que vuelvan a prestarse dinero entre sí, ha
decidido dejar de remunerar la facilidad de depósito, es decir, el excedente de
liquidez depositado por los bancos (ha pasado del 0,25% al 0%).
La medida ha hecho que más de la mitad del dinero
salga en masa de las cuentas de facilidad de depósito, pero no para financiar la actividad
económica, sino que la mayor parte se ha quedado en el propio BCE, en otras cuentas,
las de coeficientes de caja, que mantienen las entidades financieras para
cumplir con el coeficiente de reservas mínimas, pese a que estos excesos no tienen
ninguna remuneración.
La demanda de dinero para
transacciones
Sabemos que gran parte de la demanda de dinero de la
economía viene de la necesidad de realizar transacciones, comprar y vender
bienes y servicios. Esta demanda
cambia con el nivel de renta y otro tanto ocurre con la demanda de las empresas
para pagar a sus empleados y proveedores. Así, la demanda de dinero depende del producto del
país y, dada una cantidad de dinero, la misma moneda se utiliza en varias
transacciones.
La
teoría cuantitativa del dinero
Estas relaciones fueron
estudiadas por el economista norteamericano Irving Fischer en 1911 y se conoce
como la ecuación de intercambio o teoría cuantitativa del dinero
OM * V
= P * y
Siendo OM =Oferta monetaria
o cantidad de dinero; V = velocidad de
circulación del dinero; P = nivel general de precios; y = PIB real del país
Como el cálculo de las
transacciones es difícil de obtener se utiliza el Producto Interior Bruto real
(PIB), ya que a corto plazo existe una
relación constante entre las transacciones y el PIB real.
Dado que el producto (P *
y) es el PIB nominal (es decir, con precios cambiantes)
V = PIB nominal /
Cantidad de dinero
Así, la velocidad de
circulación del dinero (V) es el número de veces que un euro cambia de titular
para realizar compras durante un año, o bien, el valor monetario de las
transacciones soportadas por cada euro.
Aunque la ecuación
cuantitativa se aplica al conjunto de la economía, podríamos ayudar a
entenderla centrándonos en el caso de una familia. Por ejemplo, si la renta
anual de un hogar es de 24.000 euros y como media mantiene un saldo de 500
euros entre el dinero en casa y la cuenta corriente, la velocidad de
circulación será (24.000/500) = 48 por
año, es decir, cada unidad monetaria se utiliza en 48 transacciones.
La velocidad depende de
los métodos disponibles en el país para realizar transacciones. Cuantas menores
compras se hagan con dinero efectivo, la velocidad será mayor. Si, por ejemplo, se
acostumbra a tener en dinero de utilización inmediata, como media, los ingresos de una semana, V seré de
52 veces por año
En estos tiempos de
crisis económica, se estima que la velocidad de
circulación en la economía se ha reducido, lo cual aleja el peligro de que las inyecciones de liquidez del BCE, que tienden a aumentar la cantidad de dinero, elevan la tasa de inflación.
Nuevos
créditos concedidos
En los siguientes gráficos podemos observar la
dimensión de los descensos en la concesión de créditos a las empresas y a las
familias.
En el caso de los hogares, en 2011, el crédito nuevo dirigido
a la vivienda se redujo en un 46% y en un
34,5% el dirigido al consumo. Por su parte, el crédito nuevo destinado a las
empresas, en el caso de operaciones de
más de 1 millón, cayó un 22,4%, y en un 16,8% el dirigido a operaciones de
menos de 1 millón.
No cabe duda que tanto las familias como los autónomos y pequeñas empresas tienen motivos para estar preocupados por las dificultades en el acceso a la financiación.
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