martes, 31 de julio de 2012

LA NECESIDAD DE FINANCIACION EXTERIOR SE REDUCE


En el flujo circular de una economía abierta, que participa activamente en el comercio internacional, aparece junto a familias, empresas y administraciones públicas un cuarto componente, al que se le denomina “sector exterior”.

Al mercado de bienes y servicios llegan órdenes de compras que provienen de empresas de otros países, que se añaden a la demanda interna del país. Las ventas al exterior constituyen los ingresos  por exportaciones.

Del mismo modo, parte del gasto es consecuencia de bienes producidos en otros países y da lugar a los pagos que denominamos importaciones.

La diferencia entre exportaciones e importaciones es el saldo comercial con el exterior y, junto a los servicios, rentas y transferencias,  conforman el saldo de la Balanza por Cuenta Corriente. Habrá déficit exterior cuando los pagos corrientes sean superiores a los ingresos. 

El déficit exterior supone que se está recurriendo al ahorro de otros países y, por lo tanto, se convierte en una fuente de recursos que puede ser utilizada para financiar las inversiones. Por el contrario, el país que mantiene un superávit exterior está financiando con su ahorro el consumo y la inversión de otros países.

El déficit con el resto del mundo no debe interpretarse, sin más,  en sentido negativo. Sólo quiere decir que se tiene un préstamo recibido de otros países. Será bueno o malo según cómo lo utilicemos. Si lo gastamos en consumo, tendremos problemas cuando llegue el momento de  devolverlo. En cambio, si lo invertimos de modo productivo, lo más probable es que podamos devolver sin dificultades el dinero que nos han prestado.

Con estos componentes se completa la demanda agregada (DA) de una economía, que quedará del modo siguiente:

  DA = Consumo+Inversión+Gasto Público+Exportaciones- Importaciones (1)

Las rentas generadas por las familias y las transferencias que reciben por pensiones y subsidios se emplean en consumo, en ahorro y en pago de impuestos. Por tanto, 

       PIB + Transferencias = Consumo + Ahorro + Impuestos 

Podemos escribir la expresión anterior de otro modo:

      PIB =Consumo + Ahorro + Impuestos – Transferencias (2)

Como el PIB coincide con la DA, igualamos las expresiones (1) y (2)  y ordenando los términos, resulta

 Inversión = Ahorro + (Impuestos - Gasto Público - Transferencias) +      +(Importaciones – Exportaciones)

Esta última expresión nos indica que la inversión de un país se financia de tres fuentes: el ahorro (privado); el ahorro público, diferencia entre los ingresos y gastos de las Administraciones públicas (primer paréntesis),  y el ahorro exterior, el déficit por cuenta corriente (segundo paréntesis, en el que se entiende que están incluidos los otros componentes de menor dimensión).

El déficit por cuenta corriente viene a ser la diferencia entre el ahorro del país y la inversión interna. En una economía cerrada, sin relación con el exterior, toda la inversión se debe financiar mediante el ahorro de empresas, familias y administraciones públicas. Sin embargo, en una economía abierta, parte de la inversión nacional se puede financiar con ahorro del resto del mundo.


Junto a Estados Unidos, España ha sido en la última década uno de los países que mayor cantidad de ahorro ha recibido del exterior. El déficit de la balanza por cuenta corriente fue aumentando hasta alcanzar a finales de 2008 el 9% del PIB.
 

Como observamos en el gráfico, con datos trimestrales, el resultado de la actuación de todos los sectores supuso para la economía española en el primer trimestre de 2012 una necesidad de financiación frente al resto del mundo de 14.196 millones de euros, el 5,4% del PIB del período.

En los últimos cuatro años se ha ido reduciendo la necesidad de financiación desde el 9% del PIB de 2008 al 6,2% del primer trimestre de 2011 y al 5,4% del correspondiente al mismo período de este año. 

La menor necesidad supone que se está ajustando uno de los  desequilibrios de la economía española. En concreto, la mejora respecto al mismo período del año pasado se ha producido por el aumento de las exportaciones (4,5%) y la reducción de las importaciones (0,9%).




martes, 24 de julio de 2012

AHORRO Y AUSTERIDAD


Los datos del primer trimestre de este año de la Contabilidad Trimestral Nacional de España confirman el descenso interanual de la renta disponible de las familias en el 1,3%

La dedicación de la renta conseguida indica que el gasto en consumo de los hogares se ha incrementado en el período en un 2,1% y  que la tasa de ahorro ha sido de -0,6%, con un descenso de 3,3%  En el primer trimestre del año, por tanto, se ha consumido más que la renta generada, cifrándose el ahorro detraído de acumulaciones anteriores en  911 millones de euros.

La evolución del ahorro

Sin embargo, cuando se considera el período movil de cuatro trimestres,  entre el segundo trimestre de 2011 y el primero de 2012, la tasa de ahorro de las familias se ha situado en el 10,8% de su renta disponible.
              
En el gráfico podemos observar el aumento del nivel de ahorro en 2009 y 2010, años de crisis, que es tanto como decir que aumentó la austeridad de las familias en el consumo, debido a razones tales como la necesidad de ir reduciendo las deudas acumuladas, la expectativa de menores precios en el futuro y, en algunos casos, la falta de liquidez. 

La paradoja del ahorro 

La inversión se basa en las buenas expectativas de ventas o de consumo,  por lo que si el ahorro es excesivo y, por tanto, bajo el consumo, no se espera que llegue demanda a las empresas y éstas no invierten. 

Si, además, el ahorro aumenta, como en los dos años citados, pero la economía se encuentra próxima a la trampa de la liquidez, los tipos de interés ya no pueden bajar más, porque están muy próximos a cero y, por tanto, no hay estímulo para aumentar la inversión,  lo cual hace bajar la demanda agregada, la producción y, en consecuencia, las rentas. Si bajan las rentas, se reduce la posibilidad de ahorrar.

Es decir, si todos los ciudadanos deciden incrementar su nivel de ahorro, el efecto que se consigue es exactamente el contrario: se acaba ahorrando menos. Esta es la paradoja del ahorro.

La trampa de la austeridad

Otra versión de la paradoja del ahorro es la que ofrece la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con la expresión “la trampa de la austeridad”

La OIT se preocupa por la evolución del desempleo en el conjunto de la Eurozona y señala que las medidas de austeridad fiscal tendrán un impacto negativo en el empleo

En un contexto de depresión a nivel macroeconómico, estas reformas provocarán más despidos, sin impulsar la creación de empleo, al menos hasta que la recuperación económica tome impulso

La organización internacional recomienda la reparación del sistema financiero, condicionada a la reactivación del crédito para las PYMES; la promoción de las inversiones y el apoyo a quienes buscan trabajo, los jóvenes en particular, y la reducción de las diferencias de competitividad entre los países de la eurozona

Estas pueden ser las medidas que saquen a los países periféricos de la eurozona de la trampa de la austeridad y allanen el camino hacia una recuperación sostenible con cohesión social.

martes, 17 de julio de 2012

DIFICULTADES EN LA CIRCULACIÓN DEL DINERO


El Banco Central Europeo (BCE) no está consiguiendo que los bancos pongan el dinero a circular. En un intento de  incentivarles a  que vuelvan a prestarse dinero entre sí, ha decidido dejar de remunerar la facilidad de depósito, es decir, el excedente de liquidez depositado por los bancos (ha pasado del 0,25% al 0%).

La medida ha hecho que más de la mitad del dinero salga en masa de las cuentas de  facilidad de depósito,  pero no para financiar la actividad económica, sino que la mayor parte se ha quedado en el propio BCE, en otras cuentas, las de coeficientes de caja, que mantienen las entidades financieras para cumplir con el coeficiente de reservas mínimas, pese a que estos excesos no tienen ninguna remuneración. 

La demanda de dinero para transacciones

Sabemos que gran parte de la demanda de dinero de la economía viene de la necesidad de realizar transacciones, comprar y vender bienes y servicios. Esta demanda cambia con el nivel de renta y otro tanto ocurre con la demanda de las empresas para pagar a sus empleados y proveedores. Así,  la demanda de dinero depende del producto del país y, dada una cantidad de dinero, la misma moneda se utiliza en varias transacciones.

La teoría cuantitativa del dinero

Estas relaciones fueron estudiadas por el economista norteamericano Irving Fischer en 1911 y se conoce como la ecuación de intercambio o  teoría cuantitativa del dinero 

                                        OM * V = P * y

Siendo OM =Oferta monetaria o cantidad de dinero;  V = velocidad de circulación del dinero; P = nivel general de precios; y = PIB real del país

Como el cálculo de las transacciones es difícil de obtener se utiliza el Producto Interior Bruto real (PIB),  ya que a corto plazo existe una relación constante entre las transacciones y el PIB real.

Dado que el producto (P * y) es el PIB nominal (es decir, con precios cambiantes) 

                            V = PIB nominal / Cantidad de dinero

Así, la velocidad de circulación del dinero (V) es el número de veces que un euro cambia de titular para realizar compras durante un año, o bien, el  valor monetario de las transacciones soportadas por cada  euro.

Aunque la ecuación cuantitativa se aplica al conjunto de la economía, podríamos ayudar a entenderla centrándonos en el caso de una familia. Por ejemplo, si la renta anual de un hogar es de 24.000 euros y como media mantiene un saldo de 500 euros entre el dinero en casa y la cuenta corriente, la velocidad de circulación será (24.000/500) = 48  por año, es decir, cada unidad monetaria se utiliza en 48 transacciones. 

La velocidad depende de los métodos disponibles en el país para realizar transacciones. Cuantas menores compras se hagan con dinero efectivo, la velocidad será mayor. Si, por ejemplo, se acostumbra a tener en dinero de utilización inmediata, como media, los ingresos de una semana, V seré de 52 veces por año

En estos tiempos de crisis económica, se estima que la velocidad de circulación en la economía se ha reducido, lo cual aleja el peligro de que las inyecciones de liquidez del BCE, que tienden a aumentar la cantidad de dinero, elevan la tasa de inflación.

Nuevos créditos concedidos

En los siguientes gráficos podemos observar la dimensión de los descensos en la concesión de créditos a las empresas y a las familias.

 
 En el caso de los hogares, en 2011, el crédito nuevo dirigido a la vivienda se redujo en un 46%  y en un 34,5% el dirigido al consumo. Por su parte, el crédito nuevo destinado a las empresas,  en el caso de operaciones de más de 1 millón, cayó un 22,4%, y en un 16,8% el dirigido a operaciones de menos de 1 millón. 

No cabe duda que tanto las familias como los autónomos y pequeñas empresas tienen motivos para estar preocupados por las dificultades en el acceso a la financiación.