martes, 12 de octubre de 2021

LA MALDICIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES

 

La denominada “maldición de los recursos naturales” o paradoja de la abundancia hace referencia a una situación en la que algunos territorios ricos en minerales y combustibles se desarrollan menos que otros lugares en donde escasean los recursos.

Los estudios sobre el desarrollo económico muestran que algunos de los países con mayores dotaciones de recursos naturales crecieron más lentamente que el resto en la segunda mitad del siglo XX.

La conocida como “enfermedad holandesa” se asocia a este fenómeno de abundancia de un recurso natural. Surgió en 1960, cuando los ingresos en divisas de los Países Bajos aumentaron mucho como consecuencia de la exportación de gas natural, descubierto en yacimientos al norte del país.

La explicación del semanario económico The Economist fue que los grandes beneficios de la explotación de los recursos naturales indujeron a la entrada de capitales en la industria extractiva de gas a expensas de otros sectores. Aumentó la renta nacional y la demanda, provocando inflación en el país.

El aumento de la exportación del recurso natural dio lugar a un superavit en la balanza comercial, que generó la entrada de capital extranjero, con apreciación del tipo de cambio del florín, la moneda del país. El fortalecimiento de la moneda dificultó las exportaciones del resto de los sectores, cayendo sus beneficios y las nuevas inversiones, lo que reorientó las inversiones hacia el sector de los recursos naturales. A largo plazo, el país se encontró con una estanflación y con la moneda sobrevalorada.

(Mineral coltán, el nuevo “oro azul”)

La abundancia de recursos naturales es una realidad en muchos países del mundo y, en la mayoría de ellos, han prevalecido regímenes cuasi dictatoriales. En Rusia, por ejemplo, el país con mayores recursos naturales del mundo, el sistema democrático es aún reciente. 

Venezuela, en situación económica comprometida y con un deteriorado nivel de vida de sus ciudadanos, tiene las mayores reservas de petróleo del mundo y algunos minerales como hierro de alta calidad, bauxita, oro, diamantes y torio, además de enormes reservas de coltán. Este mineral, el nuevo “oro azul”, se utiliza para fabricar los componentes clave de los teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos electrónicos.

Las mayores reservas de coltán se encuentran en la República Democrática del Congo que, según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), es uno de los países más pobres del mundo.

Afganistán, con enormes reservas de litio y otros minerales, es otro ejemplo de la maldición de los recursos, que impide a la población beneficiarse de una generosa naturaleza. La Unión Soviética ya detectó la abundancia de yacimientos cuando invadió el país entre 1979 y 1989, pero no hizo nada para explotarlos. La economía afgana es ahora muy frágil y depende de la ayuda de otros países.

Pero la maldición de los recursos naturales no afecta a todos los países. Algunas naciones, como Noruega, Canadá y Australia se han podido desarrollar a pesar de que cuentan con recursos naturales en abundancia.

Los estudios llevados a cabo muestran que la calidad de las instituciones del país determina que los recursos naturales sean una maldición o una bendición para sus ciudadanos. Y los indicadores de la calidad institucional de los países, según el Banco Mundial, son el control de la corrupción, la efectividad del Gobierno y la calidad regulatoria.

 

 

 

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