martes, 20 de abril de 2021

EL NUCLEO DE LA ECONOMÍA


La economía es considerada como una ciencia social que estudia las elecciones que hacen los individuos, las empresas y las autoridades públicas para hacer frente a la escasez de recursos.

Las proposiciones que hace la economía positiva permiten acercarse a los hechos y descubrir la realidad, con lo que pueden ser verdaderas o falsas, pero siempre es posible verificarlas. En cambio, las proposiciones de tipo normativo se basan en criterios subjetivos (deber ser) que no se pueden demostrar, por lo que admiten respuestas alternativas.

La economía se sustenta en las decisiones individuales, que se basan en cuatro principios: los recursos disponibles son escasos, el coste de oportunidad es el relevante, hay que considerar la decisión en el margen y las personas responden a los incentivos.

Un recurso es cualquier elemento que podemos utilizar en la producción de bienes y servicios. Los recursos básicos son la tierra, el trabajo (tiempo de los trabajadores), el capital físico (edificios. instalaciones y equipamientos), y el capital humano (conocimiento y habilidades de los trabajadores)

Un recurso es escaso cuando no hay suficiente cantidad para atender la demanda del mismo. Hay escasez de recursos naturales, como petróleo y madera, y se están convirtiendo también en escasos el agua y el aire limpio. Asimismo, la cantidad de trabajo disponible es limitada.

Además de los ingresos limitados, el tiempo disponible también obliga a elegir entre alternativas. Así, los consumidores con escaso tiempo suelen optar por comprar en tiendas de cercanías para evitar el desplazamiento, aún sabiendo que tendrán que pagar más que en grandes tiendas por algunos productos.

Aunque las decisiones individuales son las predominantes en las economías de mercado, hay elecciones en materias de índole comunitaria que se reservan las entidades locales y las de ámbito superior.

El segundo principio se refiere al coste de oportunidad, que es relevante para entender la elección individual. Cada elección implica dejar de lado alguna alternativa, es decir, lo que se pierde por no elegir la siguiente mejor alternativa. Por ejemplo, el coste de entrada para ver un partido de futbol no es la cantidad de euros que se debe pagar, sino la renuncia a ver una película o realizar otra acción.

A veces, el dinero a pagar puede ser un indicador del coste de oportunidad, pero no es lo más frecuente. El coste monetario puede llegar a ser mucho menor que el de oportunidad. Así, el desembolso monetario por estudiar en la universidad resultará insignificante a un joven emprendedor comparado con el verdadero coste de oportunidad: renunciar a su proyecto empresarial.

El tercer principio, la decisión en el margen, supone un intercambio, una comparación entre costes y beneficios. Responde a cuestiones como qué hacer con el aumento de ingresos o qué hacer en la próxima hora. Implica analizar disyuntivas en el margen, comparando costes y beneficios de hacer un poco más o un poco menos de cierta actividad.

El gerente de una empresa se pregunta cuántos empleados más tiene que contratar. En las vacunas contra la Covid se plantea qué nivel de efectos secundarios son admisibles en el medicamento. El análisis marginal tiene un papel importante en economía, porque sirve para decidir el “cuanto”, el nivel en cualquier actividad.

El cuarto principio de la elección individual establece que las personas responden a los incentivos, que suponen oportunidades para mejorar. Esta actitud es el fundamento de las predicciones sobre el comportamiento de los individuos. Así, las subidas de precio de la gasolina durante un período amplio auguraban la tendencia de comprar coches más pequeños con menor consumo de carburante.

Los intentos de cambiar el comportamiento sin recurrir a incentivos suelen tener escaso éxito. Por ejemplo, los intentos de reducir voluntariamente las emisiones contaminantes de las empresas no han dado resultados, cuando no han ido acompañados de incentivos para los empresarios.

El sistema económico viene a coordinar las actividades de mucha gente. Las elecciones individuales no son independientes unas de otras, sino que las oportunidades de un individuo dependen de las elecciones que hacen otros. Por tanto, la interacción de las elecciones es una característica del quehacer económico, que puede dar lugar a un resultado final muy diferente de lo que los individuos pretendían.




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