martes, 17 de noviembre de 2020

PLANES DE REACTIVACIÓN

La segunda ola de contagios del coronavirus está produciendo serios trastornos en el desenvolvimiento de la actividad económica. Al empeorar las expectativas, va poniéndose de manifiesto que no hay forma de estabilizar la economía sin controlar la pandemia 

Los resultados del tercer trimestre son peores de los previstos y el cuarto trimestre tampoco se muestra muy favorable, con lo que algunos sectores económicos no confían en recuperarse hasta que llegue una vacuna efectiva, que se anuncia para la primavera del año próximo. En este contexto, cualquier reducción de las medidas compensatorias adoptadas durante la pandemia puede agravar el panorama económico. 

Por tanto, se va a continuar con el apoyo a los sectores golpeados por la crisis, con el objetivo de sostener el empleo, aunque al avanzar en la recuperación, la protección de los puestos de trabajo se oriente a facilitar programas formativos que permitan a los trabajadores adquirir nuevas habilidades. 

El mayor esfuerzo económico ha procedido de la política fiscal, con medidas discrecionales que han supuesto en España un gasto extraordinario en torno al 3% del PIB. Los paquetes fiscales se han utilizado en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y en apoyo de la liquidez a las empresas, que han evitado pérdidas de empleos. 

La política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ha sido importante para facilitar condiciones de financiación favorables a las empresas. Los recortes de tasas de interés y la flexibilización de las condiciones en que los bancos pueden obtener liquidez han contribuido a facilitar el flujo de crédito. 

Pero algunas empresas viables que han recibido créditos avalados, con incremento de deuda, se encuentran aún con reducción de ingresos corrientes, lo que conduce a pérdidas que debilitan su estructura económica y su solvencia. La falta de expectativas y la caída de la demanda pueden terminar acumulando pérdidas que conduzcan a quiebras y cierre de empresas. 

En el siguiente cuadro tenemos la asignación prevista de fondos, distribuidos por políticas, en los próximos tres años, recogidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el documento que ha enviado el Gobierno español a Bruselas: 

El documento tiene tres líneas maestras: la inversión verde y la transformación digital, que se llevan el 70% de los fondos, las políticas expansivas y la colaboración público-privada para movilizar 500.000 millones de euros 

Los fondos europeos asignados a España (140.000 millones de euros entre transferencias y créditos) van a ayudar a superar la crisis, pero si han de tener efectos permanentes es necesario que aborden de modo efectivo reformas estructurales, como la transformación digital y medioambiental del sistema productivo y la implantación de la enseñanza obligatoria y gratuita de 0 a 3 años, entre otras. 

Teniendo en cuenta los problemas que se han puesto de manifiesto durante la pandemia, algunos analistas requieren también reformas urgentes en la coordinación entre las administraciones públicas, entre el Estado, las Comunidades Autónomas y los entes locales, con un cambio de mentalidad que lleve a pensar con prioridad en el bien común y la ayuda a los ciudadanos y no en las próximas elecciones. 







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