martes, 21 de mayo de 2019

RESTRICCIONES AL COMERCIO INTERNACIONAL

Entre las medidas restrictivas al comercio internacional se encuentran los aranceles, unos derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías, que tratan de proporcionar ventajas a las industrias del país respecto a los competidores extranjeros, al tiempo que aportan ingresos tributarios a los gobiernos

Tras la decisión de Estados Unidos de elevar del 10% al 25% los aranceles a determinados productos chinos importados, ha llegado la respuesta del gigante asiático incrementando también los aranceles a una parte de las importaciones de EE.UU., en los mismos porcentajes, a partir del mes próximo.

Mientras tanto, Europa está a la espera de que Trump se decida sobre la subida de aranceles a los automóviles europeos, una medida que podría afectar a las exportaciones de vehículos y componentes. En represalia, la Unión Europea está dispuesta a imponer aranceles a productos estadounidenses.

Enfrascados en este conflicto internacional, la cuestión que se plantea es si serán los importadores quienes acabarán haciendo frente a los aumentos de precios de los bienes adquiridos o, por el contrario, las empresas oferentes van a absorber los costes de los aranceles.

Como siempre, Trump airea el mensaje que mejor puede sonar en lo oídos de sus votantes: “Los aranceles pagados en las aduanas estadounidenses han tenido muy poco impacto sobre el coste de los productos: la mayor parte del daño ha sido soportada por China”.

Pero, según el análisis económico, los aranceles acaban siendo soportados en función de la elasticidad precio de la demanda y de la oferta, lo que supone que se deciden según el poder de negociación de cada parte del trato.

La elasticidad precio de la demanda de un producto es el cociente entre la variación porcentual de la cantidad demandada y la variación porcentual del precio. Si el resultados es mayor que 1, decimos que es una demanda elástica, dando a entender que varía proporcionalmente más la cantidad que el precio. En cambio, si el resultado del cociente es menor que 1, estamos ante una demanda inelástica, en la que varía menos la demanda que el precio. Por ejemplo, un producto como la gasolina puede ser considerado como inelástico. Cuando varía el precio se sigue comprando a corto plazo en cantidades parecidas

La elasticidad precio de la oferta se define del mismo modo, mediante el cociente de la variación porcentual de la cantidad ofrecida y la variación porcentual del precio. Un resultado mayor que 1 significará una oferta elástica y, si el cociente es menor que 1, la oferta es inelástica .

Si la demanda norteamericana de productos chinos, pongamos por caso, es inelástica o poco flexible al cambio de precios y, por contra, la oferta de productos chinos hacia Estados Unidos es de tipo muy flexibles ante alteraciones de precios, pese al augurio de Trump, los aranceles tendrán que pagarlos, en su mayor parte, los importadores del país, en forma de incrementos de precios y acabarán afectando a los consumidores norteamericanos.

Parece que estamos ante una situación de este tipo, porque un estudio de economistas norteamericanos concluye que durante 2018 se han producido en Estados Unidos significativos incrementos de precios en productos intermedios y finales, alteraciones en la cadena de suministros y transferencias de las tarifas arancelarias a los precios de las mercancías importadas. Por tanto, el impuesto indirecto de Trump que suponen los aranceles ha recaído sobre los consumidores norteamericanos.

En el siguiente cuadro se recogen, en síntesis, los efectos más importantes de las subidas de aranceles para los consumidores, empresas y Gobiernos:

Cabe añadir que, si fueran las empresas las que tuvieran que absorber los aranceles, los efectos sobre los consumidores (ciudadanos) podrían llegar a afectarles en forma de aumento del desempleo o recorte de salarios.

En una perspectiva global, los expertos estiman que los efectos directos de las medidas arancelarias no van a afectar de manera importante sobre el crecimiento económico pero, al encontrarnos en una desaceleración, podrían incidir en la confianza de los agentes económicos y, sobre todo, perturbarían los mercados financieros


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