El euro se estrenó como valor contable en 1999 y 3 años más tarde entró en circulación. Al cabo de 20 años se ha podido comprobar que los 19 países que conforman la Eurozona han tenido con el euro un impacto muy desigual en la evolución económica. El “Centro de Política Europea”(CPE), una entidad radicada en Friburgo (Alemania), ha establecido ganadores y perdedores con la utilización de la moneda única.
El profesor alemán Ralf Dahrendorf alertó ya en 1992 sobre las diferencias entre las economías de los países europeos. Mientras algunas naciones, encabezadas por Francia, impulsaban el crecimiento económico con deuda pública, otras, como Italia, se apoyaban en la elevada inflación para incrementar la demanda, y en el caso de Alemania, con una economía dependiente de las exportaciones, necesitaba sobre todo estabilidad monetaria.
Han sido ahora los economistas del CPE quienes han estudiado cómo habría evolucionado el PIB por habitante de cada país analizado si no hubiera introducido el euro, comparándolo con el comportamiento de otros países sin euro con los que tenían similitudes en variables como inflación, producción industrial, niveles de importación y de exportación, entre otras. Extrapolando lo datos han llegado a las cifras en las que se encontrarían los países europeos en 2017 si no se hubieran intregrado en la Eurozona.
En el siguiente cuadro tenemos una síntesis de las diferencias de PIB entre pertenecer al euro y la hipotética situación de haber continuado operando con las viejas monedas europeas en cada uno de los 8 países estudiados:
En el siguiente cuadro tenemos una síntesis de las diferencias de PIB entre pertenecer al euro y la hipotética situación de haber continuado operando con las viejas monedas europeas en cada uno de los 8 países estudiados:
Según el equipo de trabajo alemán, son dos países los que más han podido beneficiarse por adoptar el euro: Alemania, que entre 1999 y 2017 pudo acumular unas ganancias añadidas de 23.116 euros en forma de PIB por habitante, y Holanda, cuyos habitantes, de media, han disfrutado de un PIB de 21.003 euros más que si no hubieran utilizado la moneda única.
Como vemos en el cuadro, entre los perdedores por la utilización del euro destacan Italia, con una diferencia negativa por habitante de 73.605 euros en PIB en el conjunto de los 18 años; Francia, con una caída de 55.996 euros, y Portugal, con 40.604 euros.
Según el informe alemán, una de las principales razones de la pérdida relativa ocasionada por el euro es la disminución de la competitividad internacional, consecuencia de no poder devaluar los países la moneda propia para que las exportaciones fueran más baratas en el mercado internacional. Los industriales del norte italianos, reacios a adoptar el euro, ya argumentaban que la moneda común anularía su capacidad de devaluar la lira para hacer competitivos sus productos
Estas disparidades de crecimiento han contribuido a ampliarse la distancia entre el PIB por habitante más elevado y el más reducido en la Eurozona. Sin incluir a países del Este, mientras en la década de 1980 la relación estaba en 2,5 veces, actualmente llega a 4 veces. La divergencia se evidencia también en tasa de desempleo, desde el 14% en España al 3% en Alemania, y en salario mínimo obligatorio, desde 2.071 euros mensuales en Luxemburgo a 1.050 euros en España (900 euros en 14 pagos)
Al recién elegido Parlamento Europeo, y la Comisión que resulte, corresponde afrontar con decisión las iniciativas pendientes, tales como establecer un presupuesto de la zona euro, acordar una política fiscal común y llegar a la unión del mercado de capitales, con eurobonos respaldados por todos los países, a fin de que hagan posible un crecimiento suficientemente inclusivo entre los territorios y los ciudadano de la Eurozona.
España sale menos perjudicada, con 5.031 euros de menos por habitante en el total de los años. En el siguiente gráfico podemos observar la evolución de las diferencias:
Los primeros doce años (1999-2010) la utilización del euro aporta ventajas (columnas verdes) en el PIB por habitante respecto de mantener la peseta como moneda, pero con la recesión económica resulta perjudicada (columnas rojas), aunque en los años más recientes va disminuyendo la cuantía del efecto.
Según el informe alemán, una de las principales razones de la pérdida relativa ocasionada por el euro es la disminución de la competitividad internacional, consecuencia de no poder devaluar los países la moneda propia para que las exportaciones fueran más baratas en el mercado internacional. Los industriales del norte italianos, reacios a adoptar el euro, ya argumentaban que la moneda común anularía su capacidad de devaluar la lira para hacer competitivos sus productos
Estas disparidades de crecimiento han contribuido a ampliarse la distancia entre el PIB por habitante más elevado y el más reducido en la Eurozona. Sin incluir a países del Este, mientras en la década de 1980 la relación estaba en 2,5 veces, actualmente llega a 4 veces. La divergencia se evidencia también en tasa de desempleo, desde el 14% en España al 3% en Alemania, y en salario mínimo obligatorio, desde 2.071 euros mensuales en Luxemburgo a 1.050 euros en España (900 euros en 14 pagos)
Al recién elegido Parlamento Europeo, y la Comisión que resulte, corresponde afrontar con decisión las iniciativas pendientes, tales como establecer un presupuesto de la zona euro, acordar una política fiscal común y llegar a la unión del mercado de capitales, con eurobonos respaldados por todos los países, a fin de que hagan posible un crecimiento suficientemente inclusivo entre los territorios y los ciudadano de la Eurozona.