Además del dinero en efectivo, compuesto por billetes y monedas, se utiliza de modo generalizado el dinero bancario, en forma de anotaciones digitales que aparecen en las cuentas bancarias.
En la Eurozona, el dinero de curso legal únicamente puede ser creado por el Banco Central Europeo (BCE). En cambio, el dinero bancario es creado sobre todo por los bancos privados a través de la emisión de deuda en forma de depósitos. Cuando prestan dinero se pone en funcionamiento un circuito, que se acelera por el efecto multiplicador del dinero.
El efecto multiplicador viene condicionado por el “encaje bancario", “coeficiente legal de caja” o “tasa de reserva”, que es el porcentaje mínimo obligatorio establecido por el BCE para las entidades financieras privadas, a fin de que mantengan en efectivo dinero suficiente para atender la demanda de liquidez de los depositantes.
El exceso de liquidez por encima del mínimo obligatorio permite la multiplicación del dinero, como podemos observar en el siguiente gráfico:
Como en la Eurozona el porcentaje de reservas o encaje gira en torno al 1%, vamos a desarrollar cómo se ejecuta la multiplicación del dinero. Supongamos que la persona X entrega 100 euros al Banco A, que lo anota en su Caja y también como Depósito en su pasivo. El siguiente movimiento del Banco A será guardar en Caja 1 euro (1% del depósito), y por el resto, 99 euros, conceder un crédito (ese es el negocio bancario) a la persona Y.
La persona Y deposita el dinero del crédito en el Banco B, que lo anota en Caja y también como Depósito. Al igual que el otro banco, guarda un 1% (0,99 euros) y concede crédito por el resto (98,01 euros) a Z, y así sucesivamente.
Si sumamos los depósitos de X e Y, observamos que el importe del dinero bancario total con estos primeros movimientos ha subido a 297,01 euros, los 100 iniciales más los préstamos sucesivos de 99 y 98,01 euros. La secuencia a la que irá creciendo en el sistema bancario, manteniendo una retención (coeficiente de caja) del 1%, será la siguiente: 100 + 99+ 98,01 +… = 100 (1+0,99+0,9801+…)
En el paréntesis se forma una progresión geométrica descendente de razón 0,99, cuya suma es 1/(1-0,99) = 100. Teniendo en cuenta que el depósito inicial desencadenante fue de 100, la suma de todas los depósitos acumulados en el sistema bancario será 10.000 (100 x 100).
Pero el proceso multiplicador no se ejecuta únicamente con el depósito que se crea por el ahorro entregado en un banco, sino que aumenta sobre todo al conceder la entidad financiera un préstamos (una hipoteca, por ejemplo), que también genera un depósito de la nada a nombre del prestatario.
Por lo tanto, en la creación de dinero intervienen el Banco Central, que decide el volumen de dinero que debe poner en circulación (base monetaria), que representa en torno al 3% hoy día, y los bancos privados que, a través de los préstamos, expanden la cantidad de liquidez inyectada por el banco central, y supone el 97% de la oferta monetaria total.
Los bancos centrales tienen el objetivo de controlar los riesgos adquiridos por los bancos a través de la imposición de ratios de solvencia y de liquidez. Los ratios de solvencia relacionan los fondos propios de los bancos con los riesgos de los créditos pendientes de vencimiento, y los ratios de liquidez establecen unos mínimos de disponibilidad de dinero en función de la estructura de los activos.
La enorme deuda actual de empresas y familias ha sido generada por el privilegio que disfrutan los bancos de crear dinero de la nada, y prestarlo en muchos casos a personas y empresas que no pueden devolverlo. Al cabo del tiempo, el peso de esa deuda crece notablemente y la acumulación de impagos marca el origen de las crisis financieras.
La persona Y deposita el dinero del crédito en el Banco B, que lo anota en Caja y también como Depósito. Al igual que el otro banco, guarda un 1% (0,99 euros) y concede crédito por el resto (98,01 euros) a Z, y así sucesivamente.
Si sumamos los depósitos de X e Y, observamos que el importe del dinero bancario total con estos primeros movimientos ha subido a 297,01 euros, los 100 iniciales más los préstamos sucesivos de 99 y 98,01 euros. La secuencia a la que irá creciendo en el sistema bancario, manteniendo una retención (coeficiente de caja) del 1%, será la siguiente: 100 + 99+ 98,01 +… = 100 (1+0,99+0,9801+…)
En el paréntesis se forma una progresión geométrica descendente de razón 0,99, cuya suma es 1/(1-0,99) = 100. Teniendo en cuenta que el depósito inicial desencadenante fue de 100, la suma de todas los depósitos acumulados en el sistema bancario será 10.000 (100 x 100).
Pero el proceso multiplicador no se ejecuta únicamente con el depósito que se crea por el ahorro entregado en un banco, sino que aumenta sobre todo al conceder la entidad financiera un préstamos (una hipoteca, por ejemplo), que también genera un depósito de la nada a nombre del prestatario.
Por lo tanto, en la creación de dinero intervienen el Banco Central, que decide el volumen de dinero que debe poner en circulación (base monetaria), que representa en torno al 3% hoy día, y los bancos privados que, a través de los préstamos, expanden la cantidad de liquidez inyectada por el banco central, y supone el 97% de la oferta monetaria total.
Los bancos centrales tienen el objetivo de controlar los riesgos adquiridos por los bancos a través de la imposición de ratios de solvencia y de liquidez. Los ratios de solvencia relacionan los fondos propios de los bancos con los riesgos de los créditos pendientes de vencimiento, y los ratios de liquidez establecen unos mínimos de disponibilidad de dinero en función de la estructura de los activos.
La enorme deuda actual de empresas y familias ha sido generada por el privilegio que disfrutan los bancos de crear dinero de la nada, y prestarlo en muchos casos a personas y empresas que no pueden devolverlo. Al cabo del tiempo, el peso de esa deuda crece notablemente y la acumulación de impagos marca el origen de las crisis financieras.