La Balanza de Pagos de un país recoge las transacciones comerciales y los flujos financieros con el resto del mundo, que son consecuencia de la apertura a los mercados financieros, en los que se invierte tanto en activos nacionales como en activos de otros países.
Como la compraventa de activos extranjeros supone también la de moneda extranjera, las transacciones realizadas en los mercados de divisas indican el enorme volumen actual de las transacciones financieras internacionales, que en su mayor parte no están relacionadas con el comercio, sino con la compraventa de activos financieros, operaciones que vienen aumentando a gran velocidad.
La apertura a los mercados internacionales permite incurrir en déficit comercial, es decir, comprar al resto del mundo más de lo que se le vende. El déficit se financia pidiendo préstamos a otros países, que se sustancia en la compra de activos nacionales por los extranjeros.
En su nuevo diseño contable, la balanza de pagos se compone de dos partes: a) las operaciones no financieras, que comprenden la cuenta corriente (flujos de bienes y servicios, así como rentas primarias y secundarias) y la cuenta de capital, y b) la cuenta financiera.
El gráfico se centra en las operaciones no financieras, que son las que desarrollamos en esta escrito, correspondientes a los últimos 5 años de la economía española.
La balanza de bienes y servicios (color azul), que engloba la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) y las transacciones de servicios (turismo, viajes y otros), tuvo un saldo conjunto positivo en el año 2014 de 25.100 millones de euros, 10,6 millones menos que en el año 2013.
En el subconjunto de la balanza comercial, el crecimiento de las exportaciones fue en el pasado año del 2,5% y las importaciones subieron un 5,7%, con lo que el déficit comercial en el 2014 aumentó hasta 24.470 millones de euros, rompiendo la tendencia de mejora iniciada con la crisis
En el apartado de los servicios, además de superávits en los de tipo empresarial y transportes, hay que destacar el turismo y los viajes. Entre ambas actividades acumularon un superávit en 2014 de 35.400 millones de euros, por encima de los 34.800 millones de 2013
Las rentas primarias y secundarias (color rojo) se refieren a los saldos por dividendos e intereses de capitales extranjeros, consecuencia de nuestro endeudamiento exterior, y a las remesas de emigrantes, con un importe total negativo de 23.900 millones.
El conjunto de las transacciones de bienes y servicios más las rentas primarias y secundarias constituye el saldo de la balanza por cuenta corriente, que en el año 2014 se cerró con 1.200 millones de euros, frente a los 15.100 millones del 2013.
La cuenta de capital (color amarillo), que suele recoger las aportaciones de la Unión Europea y la compra y venta de activos intangibles, tuvo un saldo positivo de 4.400 millones
El saldo agregado de las cuentas corriente y de capital (línea negra) determina la capacidad o necesidad de financiación. En el conjunto de 2014, la economía española experimentó una capacidad de financiación de 5.600 millones de euros, la cuarta parte del superávit logrado en 2013 (22.000 millones).
España sigue teniendo una diferencia negativa enorme entre los activos que los españoles tenemos en el exterior y lo poseído por los extranjeros en nuestro país. Es la deuda externa (posición de inversión internacional neta), que asciende aproximadamente a un billón de euros, el equivalente al Producto Interior Bruto de un año.
El riesgo es que, como en ocasiones anteriores, la tímida mejoría económica provoque nuevos déficit de la balanza por cuenta corriente y crezca la deuda externa, con lo que aumentará todavía más nuestra dependencia financiera del exterior. Y ya sabemos que resulta muy peligroso estar tan expuestos a los mercados financieros.
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