martes, 10 de febrero de 2015

LA RENTA Y EL GASTO

Los indicadores del consumo de los hogares y la inversión empresarial, tras varios años de descenso persistente en España, muestran una tendencia al alza, tal como puede observarse en los gráficos siguientes:

Observamos que, en el consumo privado, el indicador de confianza de los hogares registró mejoras en los últimos trimestres. Respecto a la inversión, merece destacarse la senda expansiva del sector de la construcción. 

El gasto total o gasto agregado que impulsa la economía es el conjunto formado por el consumo que realizan las familias, las inversiones de las empresas, el gasto de las administraciones públicas y el saldo del sector exterior (exportaciones menos importaciones)

Partiendo de una situación de equilibrio, en el que coincide el gasto que se desea realizar en un período con la producción planeada, un aumento del gasto público, como ha ocurrido en España al consentir las autoridades europeas un mayor déficit fiscal del previsto en los dos últimos años, incrementa la demanda agregada. Las empresas venden más de lo que están produciendo, lo cual hace disminuir las existencias y acaban aumentando la producción, que da lugar al crecimiento del empleo y a un mayor nivel de renta.

Hay que resaltar la relación bidireccional entre renta y gasto, porque es el origen de las fluctuaciones en la producción y el empleo. Al disminuir la renta, como ocurre con los recortes en las crisis, las familias reducen su gasto en consumo, que supone un ingreso para las empresas, las cuales producen menos bienes y servicios y, por tanto, necesitan contratar menos trabajadores, con lo que vuelve a disminuir la renta de las familias. 

Cuando alguien compra un bien o servicio, el dinero que paga termina convirtiéndose en renta para otros en forma de salario de los trabajadores, intereses de los que prestan dinero o beneficios de los propietarios de las empresas. 

El Banco de España confirma que los indicadores más recientes relacionados con el gasto en consumo privado sugieren "un comportamiento algo más dinámico" de este componente en el tramo final del 2014, y destaca que la confianza de los hogares repuntó moderadamente en diciembre pasado.

Pero un aumento del consumo sin incremento suficiente de la renta disponible supone la reducción del ahorro, que es lo que ha ocurrido a lo largo del pasado año, y la economía española precisa de ahorro para financiar la inversión necesaria que, impulsando la actividad económica, reduzca el elevado nivel de desempleo, además de ir devolviendo la abultada deuda externa.

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