En el siguiente gráfico, centrado en la C.A. del País Vasco, se muestra la relación entre la caída del PIB y la reducción del empleo desde el comienzo de la crisis económica:
Mientras que el PIB real (lado izquierdo) ha descendido en el quinquenio un 6%, el empleo (lado derecho) disminuyó en un 10,7%, en torno a 100.000 personas, situando la tasa de desempleo en el año 2013 en un 14,5% en el conjunto del País Vasco.
Al abordar el vínculo entre las dos variables, crecimiento y empleo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimaba que, en la década expansiva anterior a la crisis reciente, la relación era la siguiente: el 1% adicional de PIB incrementaba el empleo en el entorno del 0,35%
Se admite también que existe un crecimiento mínimo necesario para crear empleo, que depende del funcionamiento del mercado laboral, la tasa de actividad y el nivel formativo de los trabajadores. Según un estudio reciente, se estima que un 0,30% de crecimiento del PIB puede estabilizar el nivel de desempleo y, a medio y largo plazo, se requiere un 1,35% para que pueda crearse empleo neto.
En los dos años anteriores se perdieron en España 1.300.000 empleos, sobre todo de asalariados indefinidos a jornada completa (910.000), seguidos por los temporales a jornada completa (660.000) y se incrementó el trabajo a jornada parcial y el empleo por cuenta propia.
El descenso del empleo va unido al crecimiento de la productividad, que subió un 0,97% en 2013. Con menos trabajadores se produjo lo mismo, lo cual parece indicar que los empleados que quedaron trabajaron más tiempo y asumieron las tareas de los que se fueron, sin cobrar horas extras y a veces ganando menos.
Según el Banco de España, los salarios descendieron un 2% tanto en el 2012 como en el 2013 y la desigualdad en la renta en España se ha ampliado, hasta convertirse en la más elevada de la Unión Europea, según puede observarse en el gráfico siguiente, elaborado con datos de Eurostat:
El Indice S80/S20 compara las rentas del 20% de nivel más elevado con el colectivo del 20% de menor ingreso. Mientras en la Unión Europea, en el año 2012, las rentas superiores eran 5 veces mayores que las inferiores, en España multiplicaban por 7,2.
Como expone el profesor Stiglitz, la desigualdad causa inestabilidad económica. Las desigualdades extremas hacen que fracciones cada vez mayores de la población estén en condiciones de pobreza, por lo que son menos capaces de afrontar las crisis. Conducen, además, a la desigualdad política, reduciendo las probabilidades de que los gobiernos proporcionen sistemas de protección social.
El descenso en los salarios reales y la situación de precariedad laboral están dando lugar a la llamada “pobreza salarial”. Aun teniendo trabajo, hay colectivos que están en situación de riesgo de pobreza, debido al proceso de precarización: aumento de los empleos temporales y jornadas parciales.
El probable incremento del desempleo estructural, de largo plazo, que da lugar al aumento de las familias sin ningún ingreso, obligará a las entidades públicas a dotarlas de una renta básica.